La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha participado este miércoles en Madrid en el Foro ABC del Agua, donde ha recalcado la importancia de los trasvases para llevar agua a las zonas deficitarias, con un planteamiento integrador y solidario. A este respecto, la ministra ha destacado el Acuerdo Tajo-Segura, “donde en los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo para consensuar unas reglas de explotación, transparentes y seguras, eliminando la discrecionalidad en su funcionamiento”.
García Tejerina ha subrayado que, en un país como España donde la distribución del agua es tan irregular en el tiempo y en el territorio, ordenar su uso solo puede hacerse con una política hidráulica en clave nacional, integradora, solvente, solidaria y sostenible.
En este sentido, ha insistido en la necesidad de llevar a cabo una planificación rigurosa, una gestión eficiente y un diálogo activo con todas las partes implicadas. “Sin planificación hidrológica no es posible hacer política del agua”, ha recalcado.
Planes de cuenca
La ministra ha explicado que los nuevos planes de cuenca establecen las pautas de la política del agua hasta 2021. Ha explicado que se trata de 12 planes de competencia estatal, aprobados por el Gobierno en enero de este año, que suman más de 10.000 medidas a ejecutar hasta 2021, con una inversión estimada de 15.000 millones de euros. Con ello se podrá atender las necesidades de abastecimiento, mediante la construcción de embalses y conducciones, así como la ampliación y modernización de regadíos.
También se incorporarán recursos no convencionales, como la desalación; y se cumplirá con los objetivos ambientales, con actuaciones en materia de saneamiento y depuración, o de restauración fluvial.
Por otro lado, la ministra ha apuntado que el Gobierno también ha aprobado los planes de gestión del riesgo de inundación de todas las demarcaciones de competencia estatal, con una inversión prevista de 800 millones de euros para el periodo 2016-2021. Entre sus objetivos destacan la mejora de la capacidad predictiva ante situaciones de avenida e inundaciones, y disminuir la vulnerabilidad de los elementos ubicados en las zonas inundables.
