El Diario Oficial de Castilla-La Mancha ha publicado el acuerdo del Consejo de Gobierno por el que se inicia el procedimiento de declaración del Monumento Natural Chorreras del Cabriel, en los términos municipales de Enguídanos y Villora de la provincia de Cuenca.
La Ley de Conservación de la Naturaleza establece que la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha deberá incluir las áreas naturales que resulten representativas de los ecosistemas de la región, teniendo en cuenta su diversidad y su estado de conservación, así como las que contengan manifestaciones valiosas de los tipos de hábitat, elementos geomorfológicos de protección especial, así como especies de fauna y flora amenazadas.
Las Chorreras del Cabriel entre los términos Municipales de Enguídanos y Villora son un paraje de alto interés paisajístico, en la provincia de Cuenca. Este tramo del río Cabriel contiene un conjunto de saltos de agua, cascadas, cuevas laterales, pozas y gargantas. Incluye un edificio tobáceo cuaternario sobre un lecho de calizas jurásicas de gran interés geológico. El río Cabriel ha depositado carbonatos en tal cuantía que supone el cuarto sistema fluviolacustre cuaternario más importante de la Península. Podemos encontrar tres unidades morfosedimentarias en la zona, de las cuales destacan “una superficie escalonada de 1000 m con estromatolitos aún funcionales parcialmente, que son únicos en la Península por la variedad y abundancia de improntas de hojas, piñas, potencia de laminaciones (de hasta 4 m de potencia), y por la amplia tipología de bandeados, que oscilan en grosor del orden milimétrico al centrimétrico, incluyendo numerosas superficies de truncamiento por erosión.
En este ámbito destaca el paraje de Las Chorreras, en la confluencia con el río Guadazaón.
De hecho el paraje de las Chorreras está incluido en el Inventario de Lugares de Interés Geológico recogido en el Inventario Español del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad’ (LIG IB015 “Tobas de las Chorreras de Enguídanos”).
Gran rampa tobácea
La ficha del LIG lo describe como “importantes depósitos tobáceos de gran extensión que se localizan en el río Cabriel, entre las poblaciones de Enguídanos y Villora. Es considerado además como gran rampa tobácea que actualmente continúa en formación. Este lugar es uno de los mejores ejemplos a nivel nacional de una rampa de tobas del Cuaternario, con un alto valor científico y paisajístico.”
Las tobas son elementos destacados del patrimonio natural, tanto por su interés científico como por su elevado valor ecológico y paisajístico. Los procesos que originan las tobas son cambiantes y están sujetos a un balance entre actividad constructiva o sedimentaria y actividad destructiva por disolución y erosión mecánica, por ello para su conservación es básico procurar no alterar el ritmo de evolución natural de estos procesos. En el caso de las tobas activas, como son las del Cabriel en el tramo que nos ocupa, la conservación no solo pasa por mantener el buen estado del afloramiento, sino también en preservar las tasas de precipitación naturales.
El interés geológico principal es el sedimentológico, por la gran variedad y dimensiones de las estructuras sedimentarias, con uno de los mejores ejemplos de laminación actual conocido en un río ibérico, en dimensión superficial y calidad y variedad de los afloramientos. Con carácter secundario, el lugar tiene interés geomorfológico derivado de la formación de espectaculares cascadas y marmitas de gigante, producidas por la acción fluvial del río Cabriel.
Presenta además un importante interés botánico, con presencia de hábitats de interés comunitario: sauceda arbustiva, alameda blanca, arbusteda caducifolia espinosa, etc., algunos de los cuales son también hábitats de interés comunitario.
En cuanto a los valores faunísticos se debe considerar la presencia de halcón peregrino (“vulnerable” en el Catálogo Regional), anfibios como el sapo común y sapo corredor (ambas “de interés especial”).
