Ministerio trabaja para transformar agricultura en motor de lucha contra cambio climático

Destaca la iniciativa 4x1000, que pretende aumentar la capacidad de absorción de los suelos agrícolas, minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero

La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), Isabel García Tejerina, ha planteado la lucha contra el cambio climático como uno de los mayores retos medioambientales a los que se enfrenta la humanidad, y ha abogado por la acción conjunta no sólo de los estados, sino de todos los sectores económicos y sociales y de todos los ciudadanos, para enfrentar este grave problema.

En esta línea ha recordado que España cumple con los compromisos de Kioto y cumplirá Paris y la Convención de Cambio Climático. Para lograrlo ha destacado también la importancia de la  Ley de Cambio Climático y Transición Energética que se quiere hacer realidad en esta legislatura.

También ha resaltado el trabajo del Ministerio en diversas iniciativas destinadas a transformar la agricultura en un potente motor de la lucha contra el cambio climático.

García Tejerina ha expuesto las distintas actuaciones que, en el ámbito agrario, desarrolla el Ministerio en la lucha contra el cambio climático. Entre ellas la iniciativa 4×1000, que pretende aumentar la capacidad de absorción de los suelos agrícolas para mejorar la productividad de los cultivos, minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero.

Estrategia de agricultura, clima y medio ambiente

También ha recordado que se está elaborando una ambiciosa Estrategia de Agricultura, Clima y Medio Ambiente, para ayudar a mitigar el impacto de la actividad agrícola en el clima y a adaptarse a los nuevos riesgos climáticos.

El objetivo, ha señalado la ministra, es reducir las emisiones con políticas y medidas realistas, que sean compatibles con el desarrollo de la agricultura española y que garanticen la rentabilidad y competitividad de nuestras explotaciones y de nuestros agricultores.

En esta línea ha valorado el trabajo que se está desarrollando para buscar nuevas variedades de cultivos y razas de ganado que se adapten mejor a los futuros escenarios de cambio climático, así como  nuevas tecnologías de ahorro de agua, y  técnicas de gestión de los suelos, que los hagan más resistentes ante los impactos del cambio climático.

Esta Estrategia, ha puntualizado García Tejerina, formará parte de nuestra propuesta para la futura PAC, en la que el cambio climático será determinante, y confiamos poder contar con ella para finales del primer trimestre de 2018.

Efectos del cambio climático

Junto a estas medidas, la ministra ha resaltado otros mecanismos con los que cuenta el país para paliar los efectos directos e indirectos del cambio climático sobre la agricultura, no sólo en materia de adversidades climáticas que repercuten en las producciones, sino también sus implicaciones económicas, al aumentar la volatilidad de los precios en el mercado global, afectando a los índices de precios locales.

Entre esas medidas ha destacado las ayudas directas de la PAC, que han jugado un papel esencial en la globalización de la economía. A este respecto ha subrayado el interés del Gobierno por mantener una PAC fuerte, lo que ha llevado a iniciar una ronda de contactos con los principales socios europeos para sentar las bases de una futura alianza que permita mantener el presupuesto destinado a esta política. Por ello, ha subrayado, estamos dispuestos a dar batalla en Bruselas en defensa de la agricultura y los agricultores españoles.

También ha destacado la Política de Seguros Agrarios, impulsada en España desde los años 70, que se ha convertido en el mejor instrumento del que disponen los agricultores para planificar sus producciones y aumentar la certidumbre en sus explotaciones. Un sistema que es cada vez más necesario, y que muchos países europeos están tomando como modelo.

El papel del ingeniero agrónomo

En el marco de las políticas e iniciativas orientadas a frenar el cambio climático, García Tejerina ha hecho hincapié en el papel esencial que puede jugar también el ingeniero agrónomo, tanto en la reducción de las emisiones de efecto invernadero procedentes de fuentes agrarias, como en la determinación de las rotaciones de los cultivos, contribuyendo también a reducir la erosión de los suelos, y   el uso del agua en la agricultura.

Todo ello, ha apuntado la ministra, aplicando las últimas tecnologías en el uso eficiente de los recursos, para producir más con menos, utilizando las ventajas que ofrece el big-data y la agricultura de precisión. Con ello, ha añadido, se podrá producir tanto o más que ahora en menos superficie, consumiendo menos recursos naturales.

En esta labor, ha concluido García Tejerina, así como en la lucha contra el cambio climático, el ingeniero agrónomo tiene una gran responsabilidad y, a la vez, una enorme oportunidad desde el punto de vista profesional.

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