La situación del mercado de la leche de cabra en Europa tiene condicionantes que no se habían vivido desde hace mucho tiempo en el sector caprino continental. El factor más importante está siendo que los productores de Holanda han ofrecido importantes cantidades de leche en el mercado continental durante los meses de otoño, alrededor de 25 millones de litros. Así, el aumento de la demanda por parte de todas las industrias europeas, excepto las francesas, no ha podido ser aprovechado por las cooperativas españolas, que se han encontrado con una fuerte competencia en precios de la leche holandesa.
La razón de este cambio en el mercado está en la pasada primavera, según relata Georges Foenkinos, responsable de exportación de la cooperativa Uniproca, con sede en Talavera de la Reina (Toledo): “Los bajos precios pagados por las grandes industrias queseras españolas en primavera les permitió fabricar a bajo coste y quitar mercado a las industrias holandesas, en grandes cadenas de distribución como Lidl y Aldi en Alemania”. Este hecho provocó que las industrias holandesas compraran menos leche en su país, que es la que se ofrece ahora en toda Europa en forma de excedentes de producción. “Además, ahora llega a nuestro país leche de cabra de Holanda a precios bajos. Es un problema que ha provocado la falta de solidaridad de las grandes industrias españolas, que no son capaces de ver más allá de su propia nariz”, puntualiza Foenkinos.
Esta situación no está afectando a Francia, ya que la normativa de etiquetado del país galo ha hecho que las industrias francesas únicamente compren leche en su propio país. “Francia es una burbuja de la que seguramente deberíamos aprender, porque hay un gran entendimiento en todo el sector. A nivel interno, también habría que convencer a los grupos cooperativos españoles para que bajaran la producción de leche de cabra, porque es la única solución”, afirma Foenkinos.
