El jefe del Área de Hidrogeología Aplicada del Instituto Geológico y Minero de España, Miguel Mejías, ha ofrecido en Daimiel (Ciudad Real), una charla para los usuarios de la Comunidad de la Masa de Agua Subterránea Mancha Occidental I, acerca del agua subterránea y su aprovechamiento en esta masa. Una ponencia en la que el hidrogeólogo ha explicado “qué son las aguas subterráneas, cómo evolucionan, cómo se miden y cuánta agua hay, ya que el medio natural es quien realmente determina que cantidad puede ser utilizada por los agricultores, pensando siempre en un aprovechamiento sostenible”.
Las lluvias de las últimas semanas suponen una buena noticia para el sector agrícola, tras cuatro años climatológicos secos, aunque Mejías ha adelantado que “todavía este año no puede considerarse húmedo”. Estas precipitaciones son “positivas” no solucionan ni recuperan los niveles, sin embargo, de una forma espectacular. “Para ello necesitamos un periodo húmedo como los que hubo entre 2009 y 2013, ya que no fue hasta tres años después cuando se empezó a notar el aumento en el nivel freático”, puntualizó el experto hidrogeólogo.
Sobre los datos concretos del nivel freático del acuífero, Mejías ha comentado que actualmente “nos encontramos ante un vaciado de reservas de 850 hectómetros cúbicos, una situación infinitamente mejor que la de 1995 cuando dicho vaciado se situaba en los 3.750 hectómetros cúbicos”. Es por esto que aboga por “mejorar dicha situación y lograr un equilibrio” a través de un aprovechamiento sostenible que afecte de madera moderada a los recursos naturales.
Otra de las claves para lograr dicho equilibrio pasa por la notable concienciación del agricultor. Mejías resaltó la necesidad de que conozcan aspectos como “saber qué cantidad de agua podemos utilizar y gestionarla de la mejor forma posible a través, por ejemplo, de cultivos propicios para la zona”.
En cuanto a la radiografía que ofrece el Parque Nacional Tablas de Daimiel con el que Mejías trabaja estrechamente, el jefe del Área de Hidrogeología del IGME ha señalado que tanto Las Tablas como Los Ojos del Guadiana “son una especie de termómetro que miden cómo está todo el sistema acuífero 23. Es cierto que el parque ha doblado sus hectáreas encharcadas pero la situación aún es media y queda camino para llegar a las 1.700 de las que dispone”, señaló Mejías. En última instancia subrayó que “la clave reside en el aporte superficial del río Guadiana, cuyo caudal a su paso por el Molino de Griñón a día de ayer es de 410 litros por segundo, un dato esperanzador, pero peor que el de la pasada primavera”.
En la jornada, celebrada en el salón de actos del Centro de Empresas del Polígono Sur, ha intervenido también un representante de la empresa de consultoría y asesoramiento energético, técnico y administrativo EJENER para ofrecer información sobre energías renovales.
