La conocida como agua reciclada o agua reutilizada es aquella que, tras ser utilizada en procesos industriales, agrícolas, o domésticos, se somete a tratamientos específicos para eliminar contaminantes con el fin de volver a ser apta para su uso.
Reduce así la dependencia de recursos hídricos no renovables y disminuye la contaminación del agua al reutilizar y tratar eficientemente el agua residual, indican desde el portal Fincalista.
Fortalece la resiliencia de los cultivos
Este enfoque no solo preserva el medio ambiente, sino que también fortalece la resiliencia de los cultivos frente a condiciones climáticas adversas.
Al reutilizar el agua, se reduce la presión sobre fuentes de agua dulce, como ríos, lagos y acuíferos, contribuyendo así a la conservación de estos recursos naturales.
Se reducen gastos a largo plazo pues disminuye la dependencia de fuentes de agua potable para actividades como riego o limpieza.
Minimiza la contaminación y reduce la huella de carbono asociada con el tratamiento y transporte de agua potable.
El riego con agua regenerada puede aportar nutrientes adicionales al suelo, lo que puede mejorar la calidad del cultivo y aumentar la productividad de las cosechas.
Productividad de los cultivos
Uno de los principales beneficios del agua regenerada es su capacidad para mejorar el crecimiento y la productividad de los cultivos.
Los minerales y microorganismos presentes en esta agua nutren las plantas desde la raíz, fortaleciendo su sistema inmunológico y aumentando su resistencia a enfermedades y plagas. Como resultado, se obtienen cosechas más abundantes y de mayor calidad, lo que garantiza el éxito continuo de las operaciones agrícolas.
El uso de agua regenerada en la agricultura puede contribuir a la conservación de los recursos hídricos, mejorar la sostenibilidad de la agricultura y reducir la presión sobre fuentes de agua potable fresca.
Sin embargo, es importante asegurarse de que el tratamiento del agua sea adecuado para el uso previsto y que se sigan prácticas de manejo adecuadas para minimizar cualquier riesgo potencial para la salud humana y el medio ambiente.