Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha realizado su análisis periódico del mercado de cereales, destacando la tendencia a la baja de trigo y cebada y la estabilidad del maíz.
Marqueta reflexiona que si voy a esperar a vender… El precio está subiendo (a ver si sube más); si voy a esperar a vender… El precio está bajando (a ver si recupera lo perdido); si voy a esperar a comprar… El precio está subiendo (a ver si baja) o si voy a esperar a comprar… El precio está bajando (a ver si consigo comprar más barato).
Este es el planteamiento de una visión de mercado sin estrategia, cortoplacista ante mercados de alta volatilidad como el caso de los cereales. Aturdido aún más hoy entre el ruido y la niebla de la actual situación política mundial y los eventos del clima.
El mercado internacional de futuros marca una tendencia indiscutiblemente alcista ante la escasez de oferta y stocks mientras que el mercado físico nacional encamina una tendencia bajista ante una avalancha de oferta. El mundo al revés…
¿Es la bajada de precios en España consecuencia de un aumento abrupto de la oferta? Indudablemente sí.
¿Cómo es posible?
Porque es muy habitual que la oferta asuste a una demanda inelástica, es decir, con pocas variaciones a diferencia de la oferta.
Los hechos
Este año, con una cosecha decente en España (aunque por barrios) los precios en verano, donde la oferta colapsa si el año no es malo, eran insuficientes para cubrir gastos (luego hablaré sobre esto).
El agricultor capaz de almacenar decide no vender… pero el fabricante, naturalmente sigue demandando. ¿De dónde consigue? De mercancía de importación, que en el caso de trigo y maíz es natural porque somos deficitarios pase lo que pase, pero no así en el caso de la cebada.
De junio a septiembre el precio fue prácticamente plano. De septiembre a noviembre fue escalando precios y pisó el acelerador en diciembre.
En enero, alcanzado un precio rentable y con mucha mercancía almacenada, el agricultor sale a vender en tropel y el precio baja. No hay hueco para todos.
Febrero está en su mayoría cubierto, marzo en un porcentaje elevado, y el comprador busca ir tomando posiciones en abril a los precios de ahora presionados a la baja por el aumento puntual de oferta. No ignora que el mercado de futuros le dice que hasta nueva cosecha las cosas pueden ponerse feas.
Son muchas las convocatorias a manifestarse contra los precios de los granos, contra la importación desleal, contra las políticas ambientalistas y asfixiantes en lo burocrático que afectan a los ingresos. Sin duda, son razones de peso y justifican la pérdida de rentabilidad. No obstante, echo en falta convocatorias y llamamientos para denunciar con la misma fuerza la otra parte de la ecuación: los gastos.
Se da por hecho que los gastos son los que son y nada se puede hacer con ellos. ¿Por qué se denuncian los bajos precios y se exigen medidas para aumentarlos y no se denuncian los altos costes y medidas para bajarlos?
El agricultor se lamenta que le ponen el precio en lo que compra y en lo que vende. Sin maniobra y poder de negociación.
Cambiaría la visión por un momento sobre el precio insuficiente de las cosechas para cubrir gastos por el precio desmedido de gastos para producir las cosechas.
¿Qué está ocurriendo en el mercado de los fertilizantes, fitosanitarios, semillas o maquinaria agrícola?
¿Qué está ocurriendo en el mercado de compra-venta de tierras y arrendamientos?
