EFEAGRO. El sector del aceite de oliva a nivel internacional cree que es el momento de que se asocie más este producto y el olivar con la defensa de la sostenibilidad y, de hecho, busca crear una metodología única para que los olivicultores calculen la huella de carbono de sus producciones.
Lo ha asegurado este martes el director Ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional (COI), Jaime Lillo, durante su intervención en la XII feria del sector del aceite de oliva WOOE, un acto en el que ha hecho una defensa de este alimentos por los diferentes beneficios que aporta.
Bosque cultivado
La producción de aceite contribuye al mantenimiento de «11 millones de hectáreas de un bosque cultivado -el olivar-«, lo cual supone una «oportunidad para la biodiversidad, para proteger los suelos y responder al desafío climático», ha señalado.
Ha destacado la capacidad que tiene el olivar para absorber CO2 ya que, «por cada litro de aceite de oliva producido, se secuestran más de 10 kilos de dióxido de carbono de la atmósfera».
Por todo ello, uno de los objetivos del COI es consolidar una metodología global «para que los olivicultores tengan herramientas y calculen su huella de carbono de forma fácil porque, si lo podemos calcular, lo podemos contar y poner en valor».
Asociado a salud
Es el objetivo que persiguen ahora tras conseguir que se asocie aceite de oliva con salud, ha apuntado.
Para Lillo, no se puede explicar la internacionalización del consumo de aceite de oliva «sin entender que hemos asociado este producto con la salud».
En ese sentido, ha valorado «toda la evidencia científica que vamos acumulando» sobre los beneficios de esta grasa vegetal en áreas como la cardiología, la diabetes, la prevención del cáncer, la demencia o el Alzheimer.