El nuevo sistema de facturación electrónica de la Agencia Tributaria, conocido como VeriFactu, marcará un antes y un después para las casi 2.000 empresas que conforman el pujante sector olivarero español, según la empresa tecnológica TeamSystem.
Con una fuerza laboral que oscila, según la época del año, entre los 300.000 y 350.000 agricultores, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la adaptación a la digitalización de la contabilidad antes de 2026 supondrá un reto, y a la vez una oportunidad para un sector que representa a casi la mitad (45%) de la producción mundial de un bien tan preciado como el aceite de oliva.
Sector del aceite de oliva
El sector del aceite de oliva, pilar fundamental de la agricultura y la gastronomía española, se caracteriza por su heterogeneidad. Conviven desde grandes cooperativas y almazaras industriales hasta pequeños productores familiares, a menudo con estructuras de gestión más tradicionales.
Hasta ahora, muchos de estos negocios han operado con sistemas de contabilidad más básicos o software de gestión no siempre actualizado.
Sin embargo, con la llegada de VeriFactu, estos programas deberán ajustarse a los nuevos y exigentes requisitos de integridad, trazabilidad y seguridad fiscal, en consonancia con la Ley Antifraude y la Ley Crea y Crece.
En la práctica, esto implica la emisión de facturas electrónicas validadas por Hacienda y su conservación segura durante un mínimo de seis años.
La cuenta atrás ya ha comenzado
La cuenta atrás ya ha comenzado para los productores del «oro líquido». Las empresas olivareras constituidas como sociedades deberán adaptarse antes del 1 de enero de 2026, mientras que los autónomos y pequeños productores, una parte significativa del entramado del sector, dispondrán hasta el 1 de julio de 2026.
Para facilitar esta transición, la Agencia Tributaria ha puesto ya a disposición un entorno de pruebas, permitiendo a los profesionales verificar la compatibilidad de su software con el nuevo sistema.
Más allá del mero cumplimiento legal, la digitalización de la facturación ofrece al sector olivarero una valiosa oportunidad. Reducirá significativamente los errores en la gestión, simplificará los complejos trámites fiscales y liberará tiempo que podrá destinarse a las labores propias del cultivo, la elaboración y la comercialización del aceite.
En un sector donde la eficiencia en la cadena de valor y el control de costes son cruciales, especialmente ante las fluctuaciones de precios y las condiciones climáticas, la automatización se perfila como una aliada estratégica para mejorar la competitividad y la sostenibilidad.






















