Unión de Uniones considera “inviables” los objetivos climáticos que propone la UE tanto para 2040 como 2050

La organización cree que la propuesta de la Comisión, aunque ambiciosa en lo climático, carece de una evaluación rigurosa sobre cómo afectará a los productores agrícolas y ganaderos

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Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, ante el Consejo de Medio Ambiente Europeo que tendrá lugar este martes, 4 de noviembre, en el que se debatirá la ley europea del clima a través del endurecimiento de la regulación vigente para establecer un objetivo climático vinculante del 90 % de reducción neta de emisiones para 2040, muestra su preocupación sobre la viabilidad técnica y las exigencias poco realistas para con los productores.

Unión de Uniones considera que tanto el nuevo objetivo intermedio propuesto del 90 % de reducción neta de emisiones para 2040, como el del 55% para 2030 y el final de neutralidad climática para 2050, plantean serias dudas desde el punto de vista de su viabilidad técnica, su impacto económico y su repercusión sobre sectores como el agrario, que ya están sometidos a fuertes exigencias ambientales y enfrentan crecientes dificultades para mantener su viabilidad.

Cómo afectará a los productores agrícolas y ganaderos

La organización cree que la propuesta de la Comisión, aunque ambiciosa en lo climático, carece de una evaluación rigurosa sobre cómo afectará a los productores agrícolas y ganaderos, especialmente en las explotaciones pequeñas y medianas que representan la base productiva y social de muchas zonas rurales.

“Se sigue avanzando hacia objetivos que, sin contar con instrumentos financieros, técnicos y normativos adecuados, acabarán imponiendo cargas desproporcionadas al campo y comprometiendo la seguridad alimentaria europea”, comentan desde la organización.

En este sentido, insiste que para una transición justa, sostenible y viable, se debe tener en cuenta la realidad del sector agrario, que se encuentra en primera línea frente a los efectos del cambio climático, pero que también dispone de recursos limitados para transformarse al ritmo que exige la normativa.

La organización, además, dice que la Comisión Europea tiene que tener en cuenta que ese  nivel de compromiso climático también debería ser equivalente a los países terceros de los que la UE importa producciones, mediante clausulas espejo en los tratados y acuerdos comerciales, de forma que la ambición climática de la UE no se traduzca en una pérdida sistemática de competitividad de la agricultura europea y en un declive de su potencial productivo y, por lo tanto, de la seguridad y autonomía alimentarias.

Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC)

En relación con la nueva Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) que la Unión Europea debe aprobar y presentar a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) antes de la COP30 de Belém, Unión de Uniones advierte que no se pueden asumir nuevos compromisos climáticos sin garantizar primero la viabilidad económica del campo.

En la anterior NDC, España se comprometió a reducir un 37,7 % las emisiones de los sectores difusos para 2030, lo que incluye a la agricultura y la ganadería, “pero ese esfuerzo lo están soportando los agricultores y ganaderos sin el respaldo suficiente de políticas realistas ni de apoyo económico estable”, denuncia la organización.

Antes de elevar los objetivos para después de 2030, Unión de Uniones reclama una evaluación rigurosa de los resultados obtenidos y del impacto que las medidas climáticas están teniendo sobre los costes de producción y la competitividad de las explotaciones.

La organización insiste en que la próxima NDC debe reconocer al sector agrario como parte de la solución climática, no como un mero emisor de gases de efecto invernadero.

“Los agricultores y ganaderos podemos ser unos valiosos aliados para capturar carbono, conservar la biodiversidad y gestionar el territorio; pero para eso nos deben dejar realizar nuestro trabajo de forma que sea rentable”, subraya Unión de Uniones.

Apoyo a la descarbonización agraria

Por ello, exige que España defienda en Bruselas un enfoque que combine la sostenibilidad económica con la ambiental, mediante instrumentos efectivos de apoyo a la descarbonización agraria, el mantenimiento de pastos y cultivos leñosos, y el fomento de la economía circular agroganadera. “Sin un campo vivo, no habrá transición justa ni objetivos climáticos que valgan”, concluye la organización.

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