COAG denuncia que Bruselas quiere ocultar a los consumidores que compran productos del Sáhara Occidental

La organización agraria alerta de “un escándalo regulatorio que afecta directamente al carro de la compra de millones de europeos”

supermercado

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) llama a los diputados y diputadas del Parlamento Europeo a rechazar la descarada propuesta de la Comisión para cambiar las normas de etiquetado europeas de frutas y hortalizas.

Esta modificación se plantea para favorecer a las grandes empresas que producen en el Sáhara Occidental, supone una traición a las personas consumidoras y productoras e ignora la sentencia del TJUE al respecto.

“Estamos vigilantes ante la votación clave de mañana en el Pleno del Parlamento Europeo”, ha señalado Andrés Góngora, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG. “La posición de los europarlamentarios puede resultar un punto de inflexión en este asunto. La defensa de los intereses de la agricultura y el consumo europeos pasa por un rechazo contundente a las pretensiones de la Comisión y el Consejo”.

¿Qué es lo que se vota este miércoles?

El Pleno del Parlamento Europeo puede aceptar o rechazar la adopción por parte de la Comisión de un Reglamento Delegado por el que se modifican las normas de comercialización de la UE para las frutas y hortalizas.

Esta norma, hecha a medida de las peticiones de Marruecos, introduce una excepción sin precedentes a las normas de la UE que ahora establecen que los productos vendidos en el mercado de la UE deben indicar su país de origen. Sin embargo, la modificación permitiría que, para los productos procedentes del Sáhara Occidental, los productos no se etiqueten con el país de origen, sino con la región de origen, concretamente El Aaiún-Sakia El Hamra y Dajla-Ued Eddahab.

Ahora el Parlamento Europeo debe decidir si permite esta modificación, que forma parte de las cesiones de la UE a Marruecos en el marco de la revisión del Acuerdo UE-Marruecos para su adaptación a las sentencias del pasado octubre de 2024 que lo anulaban.

¿Por qué pide COAG a los eurodiputados el rechazo?

Las razones son múltiples. La principal es la defensa de los intereses de las personas productoras y consumidoras europeas, frente a afán liberalizador de grandes empresas y las cesiones en contra del pueblo saharaui. Pero, además:

-El Reglamento Delegado contraviene las sentencias vinculantes del TJUE: el Tribunal de Justicia ha sido inequívoco. El Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos y la indicación del país de origen que debe figurar en los productos procedentes de este territorio sólo puede designar al Sáhara Occidental como tal.

-Además, se genera un precedente peligroso abriéndose la puerta a otros casos futuros. Mientras que los productos europeos se deben etiquetar siempre bajo el nombre del país, las producciones de importación podrían señalar regiones o localidades a su antojo. De esta forma, se genera competencia desleal para la producción europea. Por añadidura, los correspondientes certificados de conformidad de estos productos con las normas UE podrán ser emitidos por las autoridades marroquíes, lo cual supone una cesión de competencias inaceptable.

-La Comisión ha admitido sin tapujos que la excepción es resultado de las negociaciones con Marruecos. La pasada semana, en la Comisión de Agricultura del propio Parlamento Europeo, la Comisión declaró que «la opción por la indicación del origen regional ha sido el resultado de negociaciones con Marruecos». Resulta indignante y absolutamente rocambolesco que la Comisión Europea negocie con un tercero la aplicación de una sentencia del Tribunal de la UE. No se puede permitir que un tercer país influya o modifique las normas internas de protección de los consumidores de la UE.

-La propuesta induce a error a los consumidores de la UE: el objetivo del etiquetado de origen es proporcionar información clara y veraz. En cambio, los nombres de las regiones marroquíes propuestos ocultarían el verdadero origen (Sáhara Occidental); confundirían a los consumidores (los nombres son prácticamente desconocidos); y crearían la falsa impresión de que los productos proceden de Marruecos.

-No existe base jurídica ni institucional para redefinir el origen mediante un acuerdo internacional. Las normas internas de etiquetado de la UE nunca se han modificado para adaptarse a un acuerdo comercial con un tercer país.

-Esta modificación supondrá una nueva derrota jurídica. De nuevo, la Comisión opta por la senda que le llevó a la anulación repetida de los acuerdos entre la UE y Marruecos por parte del TJUE tras las denuncias presentadas.

Por todo ello, COAG llama a apoyar las objeciones al Reglamento Delegado, para defender el Derecho de la UE, proteger a personas consumidoras y agricultoras, así como preservar la integridad del papel del Parlamento dentro del ordenamiento jurídico de la UE.

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