El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, ha asegurado este sábado en el programa ‘El Campo’, de Radio Castilla-La Mancha que la única solución viable para garantizar el futuro del regadío en el Alto Guadiana es que la agricultura “se adapte al recurso que realmente está disponible”, ante una situación de sobreexplotación prolongada de los acuíferos que, según ha alertado, está conduciendo “al vacío absoluto del sistema”.
Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG)
Así lo ha manifestado a preguntas del director y presentador del programa, Jorge Jaramillo, en una entrevista en la que ha abordado el debate abierto sobre la prórroga de las concesiones de agua vinculadas al Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), de las que alrededor de 4.800 expiran en el año 2027.
Moraleda ha explicado que el futuro de estas concesiones “ya está sobre la mesa”, al tratarse de derechos que alcanzan el final de su vigencia, y ha enmarcado este proceso en la actual planificación hidrológica. En este sentido, ha señalado que el organismo de cuenca está planteando propuestas “abiertas al debate” con el objetivo de revertir la grave situación que atraviesa el Alto Guadiana.
Directiva Marco del Agua
El presidente de la CHG ha recordado que la Directiva Marco del Agua no solo persigue alcanzar el buen estado de las masas de agua, sino también satisfacer las demandas de los usuarios, un objetivo que, ha reconocido, está seriamente comprometido por la intensa sobreexplotación de los acuíferos. “Hay numerosas explotaciones agrarias que no pueden extraer los volúmenes de agua que necesitan”, ha advertido.
Concesiones que caducan
En relación con las concesiones que caducan en 2027, ha detallado que afectan a unos 4.800 expedientes y cerca de 20.000 hectáreas, distribuidas en masas como Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos. Aunque ha subrayado su importancia para la economía del territorio, ha reconocido que estas explotaciones “contribuyen de alguna manera al deterioro permanente de las masas de agua”.
Moraleda ha apuntado que se están analizando posibles alternativas, algunas ligadas a futuras actuaciones prioritarias en el entorno del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, y ha defendido la necesidad de adoptar medidas contundentes ante la gravedad de la situación hidrológica.
Acuífero 23
Como ejemplo del desequilibrio existente, ha señalado que el recurso disponible en el Acuífero 23 ronda los 200 hectómetros cúbicos, mientras que en algunos años se han llegado a extraer cerca de 400. Esta situación, repetida de forma continuada, ha impedido la recuperación del sistema. De hecho, ha recordado que en los últimos once años se ha producido un vaciado estimado de unos 2.200 hectómetros cúbicos, incluso en periodos no especialmente secos.
El presidente de la CHG ha descartado también la llegada de aportes externos de agua y ha recordado que el propio PEAG no contemplaba trasvases. “En ninguna cuenca sobra agua para trasvasar al Alto Guadiana”, ha afirmado, insistiendo en que el territorio deberá adaptarse a unos recursos limitados, estimados entre 250 y 270 hectómetros cúbicos para uso agrícola.
Situación de emergencia
Respecto a la próxima campaña, ha indicado que las masas de Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos seguirán en situación de emergencia y ha reconocido que ve “muy difícil” revertir los recortes aprobados, a la espera de la evolución de un año hidrológico cuya previsión “no es muy positiva”.
Por último, Moraleda ha señalado que se estudian posibles medidas compensatorias por el abandono o la reducción de superficies de regadío, así como la conexión de municipios a la Tubería Manchega para aliviar la presión sobre las aguas subterráneas. No obstante, ha precisado que estos recursos “en ningún caso servirán para incrementar las dotaciones de regadío”, sino para avanzar en la recuperación del buen estado de las masas de agua.



























