El 80% de la producción de pistacho de España se concentra en Castilla-La Mancha. La región cuenta ya con cerca de 15.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, que promete una rentabilidad sin igual.
La agricultura castellano-manchega está viviendo una auténtica revolución con el cultivo del pistacho. Un sector prometedor, que ha convertido a la región en todo un referente. Y es que, Castilla-La Mancha reúne las características edafoclimáticas necesarias para el cultivo del pistacho: horas de frío suficientes para que la planta florezca y calor para que el fruto madure y se abra.
Un fruto rentable
La alta rentabilidad del pistacho es uno de los principales atractivos para los agricultores. Sin embargo, deben esperar entre seis y siete años para que el pistachero empiece a dar frutos. Durante este tiempo no hay ningún tipo de beneficio y sí unos gastos, que pueden alcanzar los 30.000 euros por hectárea.
Por este motivo, los agricultores que se han decantado por este cultivo lo están haciendo poco a poco y sabiendo que la rentabilidad es a medio-largo plazo. Sin pausa, pero sin prisa. Eso sí, una vez que el pistachero está a pleno rendimiento la rentabilidad se dispara, siendo muy superior a otros cultivos. Tanto, que una hectárea de pistachero puede generar unos ingresos de entre 6.000 y 9.000 euros.
Pistacho ecológico
Castilla-La Mancha, además, aúna la mayor superficie en producción ecológica de pistacho al disponer de una climatología favorable, que reduce los costes en relación a otras zonas de la Unión Europea.
El pistacho, un fruto de origen semidesértico, es propio de climas secos y requiere muy poca agua. A nivel mundial, Irán y EEUU son los principales productores. En cuanto a Europa, es España y, en concreto, Castilla-La Mancha la zona con las mejores condiciones edafoclimáticas para su cultivo.
En la actualidad, un 80% del pistacho que producimos en Castilla-La Mancha lo exportamos a Europa, donde están dispuestos a pagar más por la calidad y por el producto ecológico.