Castilla-La Mancha es la segunda Comunidad Autónoma en términos absolutos de superficie irrigada con 567.866 hectáreas, el 14,83% del total de la superficie nacional. Es también la segunda Comunidad Autónoma, por detrás de Andalucía, que presenta mayor superficie regada bajo la modalidad de sistema localizado (357.225 ha) y es concretamente el cultivo del viñedo de transformación el que tiene mayor superficie con 233.864 hectáreas bajo este sistema de riego.
En el 2019 sigue la tendencia alcista de los últimos años de este sistema de riego. El riego por gravedad tuvo un auge de 2009 a 2015, pero en los últimos años no supera el 5% de la superficie regada total. El resto de sistemas, aunque en su balance promedio han descendido en la última década, en el último lustro se mantienen estables. En Castilla-La Mancha se riega un 7,15% de su superficie geográfica y un 15,35% de la cultivada.
En los últimos diez años ha aumentado el riego localizado en casi un 22% (superando las 350.000 hectáreas) y el por gravedad, en un 14%; descendiendo la aspersión (-4,34%, con unas 100.000 hectáreas regadas por ese este sistema) y el automotriz (-2,66%).
En Castilla-La Mancha los cultivos de viñedo, olivar, cebada de 2 carreras, almendro, trigo blando y maíz representan el 75,52% de la superficie de regadío. El cultivo del viñedo tiende a igualar su superficie en secano y regadío, los cereales de invierno sin embargo son muy minoritarios en lo que a su superficie regada se refiere siendo inferior al 10% de la total. Olivar y almendro tan solo presentan un 14,14% y un 23,15%, respectivamente, de superficie regada mientras que el maíz supera el 99% de superficie en regadío.
Estos datos están recogidos en el informe ‘Análisis de los Regadíos Españoles. Año 2019’, difundido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y realizado a partir de la Encuesta de Superficies y Rendimiento de Cultivos (Esyrce) relativa al pasado ejercicio. Esta información se ha venido tomando, con periodicidad anual, durante el periodo de referencia, directamente por observación en campo, sin mediar consulta con los agricultores, sobre una muestra territorial georreferenciada del territorio nacional.
