El acceso de los jóvenes agricultores a la tierra, “un hiperproblema”

Un grupo de expertos concluye que “las medidas actuales de apoyo a los jóvenes agricultores aparentemente no están propiciando ni parece vayan a propiciar cambios sustantivos en el relevo generacional y en el acceso a la tierra”

cereal

El relevo generacional en la agricultura y la ganadería y la incorporación de nuevos profesionales agrarios constituye un importante reto social, ambiental y territorial, tanto en España como en números países de su entorno.

En este contexto, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha impulsado la conformación de un Grupo Focal de expertos sobre “Acceso a la Tierra” 

para estudiar, debatir y analizar en profundidad el complejo estado de la situación donde intervienen numerosos factores condicionantes de diversa naturaleza (sociales, económicos, legislativos, afectivos, culturales, etc.).

Tras el análisis, se puede concluir que el acceso a la tierra se considera un hiperproblema, es decir, aquel que tiene una solución que probablemente necesite un cambio profundo para avanzar. Los hiperproblemas se resuelven con enfoques sistémicos, con Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TICs), así como buscando sinergias entre las actuaciones y compromisos entre los actores implicados.

En los últimos años, el insuficiente relevo generacional en la agricultura y en la silvicultura se ha convertido en un importante reto social, económico, ambiental y territorial. Quizás un paso razonable y posible sería comenzar por intentar cambiar la tendencia del relevo generacional y esto necesita impulsar un proceso de innovación sólido y sostenible. Son numerosas las opiniones, de especialistas y de los propios jóvenes, que señalan el acceso a la tierra como la barrera más importante para que los jóvenes agricultores se incorporen al sector agrario.

Los principales obstáculos asociados al acceso a la tierra se identifican con: la baja movilidad, disponibilidad y asequibilidad de tierra, el alto precio de compra y alquiler, la desconfianza de los propietarios ante un comprador o arrendatario desconocido, el valor afectivo de las tierras, la tramitación onerosa y complicada, las implicaciones fiscales, el excesivo desembolso necesario en el comienzo de la actividad, la falta de conocimiento, la falta de asesoramiento sobre modelos de explotación, negocio u orientaciones productivas, el efecto de un sistema de ayudas PAC vinculado a la tierra y patrimonializado, así como la inestabilidad del precio del arrendamiento.

A todos ellos se añaden el desconocimiento de cuáles son las tierras disponibles y la insuficiente relación entre el que deja la actividad y el que busca instalarse.

Las medidas actuales de apoyo a los jóvenes agricultores aparentemente no están propiciando ni parece vayan a propiciar cambios sustantivos en el relevo generacional y en el acceso a la tierra, recoge las conclusiones del estudio.

 

 

 

 

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