UPA Castilla-La Mancha, a la vista del inicio de la campaña del cereal en diversas provincias de la región y a la climatología seca, calcula que la campaña se quedará corta de expectativas, algo que condiciona al sector cerealista tras el desarrollo de la última campaña.
El secretario provincial de UPA en Cuenca, Salvador San Andrés, agricultor cerealista en Abia de la Obispalía, ha señalado que campaña viene marcada por los sobrecostes de los agricultores y el desequilibrio con los precios que reciben.
“La campaña de cereal la vemos de manera incierta y complicada, con unos costes de producción cada vez más altos. Los abonos están al alza, los gasóleos, la mano de obra en talleres por las nubes, los recambios y fitosanitarios por las nubes”, indica San Andrés.
“Todo esto reunido, con el precio del producto a la baja, muy inferior al del año pasado, nos deja con una situación nada halagüeña. Si a esta circunstancia le unimos que los rendimientos no superan los mil kilos por hectárea, no nos deja ser muy optimistas, la verdad”, lamenta.
Los cerealistas, como el resto del sector, se encuentran preocupados porque este tipo de campañas más reducidas de lo habitual vengan en años donde los costes de producción siguen en ascenso, con el precio del gasoil, abonos o la electricidad sin dejar de elevarse y obligando a los agricultores a sacar la calculadora a cada momento por la falta de viabilidad en muchos casos.
Todo ello sin olvidar que el problema o condicionamiento de la climatología y otros como los daños de la fauna salvaje
Política Agraria Común (PAC)
Desde UPA en Castilla-La Mancha señalan que, en el caso de los cereales, la ayuda de la Política Agraria Común (PAC) supone un porcentaje mínimo para los gastos por hectárea actuales.
Y es que calculan el gasto medio por hectárea de cereal de secano en 600 euros, mientras que las ayudas de la PAC son mínimas, indica.
