Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha realizado su análisis periódico del mercado de los cereales.
El análisis fundamental que hace dos semanas daba indicios de preocupación por sequía en el hemisferio sur se desvanece tras las últimas lluvias que, aunque insuficientes para remontar proyecciones de rendimientos, ponen freno a las subidas.
Las siembras de maíz y soja en la parte sur del globo llevan buen ritmo al igual que las cosechas del hemisferio norte. Nada extremadamente alarmante por el momento. Por otro lado, el ritmo de exportaciones toma impulso ante la creciente demanda china.
Al mismo tiempo, el dólar, que no levanta cabeza, sitúa el EUR/DOL en 1,07. Esto no favorece la subida de precios de materias primas.
El petróleo tampoco subió meteóricamente ante la situación bélica de Oriente Medio, tal y como se podía suponer o esperar.
Maíz ucraniano
El foco ahora se centra en la llegada de maíz ucraniano de nueva cosecha. El brasileño le irá dejando paso y sus cotizaciones se prevén más agresivas si no se altera la cadena de suministro. Otra vez la duda o amenaza sobre la situación bélica del mar Negro y sus implicaciones. Lo mismo ocurre con el maíz francés, muy agresivo y bajando precios.
Demanda nacional muy reducida
En conjunto, y con una demanda nacional muy reducida y bastante cubierta hasta final de año, la operativa en el mercado nacional es inusualmente escasa, tampoco existe oferta suficiente para competir con la de importación.
La cebada pierde cualquier interés para el fabricante si no es a descuento para competir con maíz y el trigo esperando su oportunidad de alta demanda por el fuerte encarecimiento de la soja (proteína).
Mercado apático y de oportunidad. Con la mirada puesta en el periodo enero-marzo y sin primas en las bases de cotización.
Los comerciantes nacionales han tomado posiciones de venta a largo que hasta ahora les han funcionado, pues los precios han ido de más a menos desde el inicio de campaña.
Esto confronta con la esperanza del agricultor, que ante una campaña estrepitosamente mala y de costes insoportables, mantenía la esperanza de obtener mayores precios para recuperar algo de lo perdido… lamentablemente es sumamente difícil que el balance para el productor nacional sea positivo este año.
Pero que nadie olvide quien es el originador, no solo del puerto vive la industria, las implicaciones son enormes, las consecuencias todavía mayores.
El campo cerealista español, que ocupa la mayor parte del territorio, se encuentra sin ingresos suficientes, con los costes de producción altos en relación a los precios de sus cosechas.
La inversión se verá indudablemente reducida y más todavía por los altos costes de financiación, una inflación alimentaria galopante que sacude a España y la pérdida de ayudas y productividad que provoca la nueva reforma de la PAC.
El campo, también la ganadería, está amenazado y con un ánimo de desesperanza.
Aviso a renteros, fabricantes de fertilizantes, fitosanitarios y maquinaria agrícola, semillistas, comerciantes y multinacionales de toda clase, agroindustria, fabricantes de pienso y bio combustibles, asociaciones y agrupaciones varias, impulsores de energías renovables, consumidores: cuando no se cuida a la gallina, deja de poner huevos… no son pocos los que ya han caído por el camino.
Si se da prioridad al beneficio particular/empresarial y cada uno va por su lado nos devorarán los de afuera. Equilibrar la ganancia es tarea de todos. Favorecer alianzas (en todos los eslabones de la cadena) por el bien del futuro del sector agrícola español es tarea de todos.
