Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha realizado su análisis periódico del mercado de los cereales, destacando los altibajos del mercado internacional, donde las cotizaciones avanzan de manera lateral, sin tendencia.
La evolución de los precios de los cereales es una incógnita al igual que la definición de rendimientos y el desarrollo de los conflictos bélicos.
Nada parece tener sentido, pocas certezas nos llevan a la indefinición en la toma de decisiones de compra-venta.
Sube el petróleo pero baja el trigo, baja el cambio de moneda pero los precios no suben, el clima no acompaña pero el comprador desaparece…
El clima en este momento del año es un elemento clave para presionar los precios al alza al igual que los balances comerciales de exportación e importación.
Los aceites vegetales se alejan de sus máximos, bajan de precio la palma y girasol; la colza parece resistir con la vista pendiente en Canadá y Francia.
El trigo se ve amenazado por tiempo seco en EE.UU y la región del Mar Negro. Rusia ya baja su estimación de cosecha de y en Francia la calificación del trigo como «bueno-excelente» pasa del 93% del año pasado al 64% de este año.
Una vez más, el clima será determinante en las próximas semanas para ver como quedan los stocks de acuerdo a la demanda. Todo esto da sostén a los precios e impulsa tímidamente los precios al alza.
Las cosechas de soja y maíz en el hemisferio sur parecen decepcionar las expectativas iniciales, aún así, los precios siguen a la baja por la poca demanda internacional. ¿Será que China espera una gran cosecha y tienen enormes reservas? ¿Estará esperando otro mejor momento de compra?
Mercado nacional
El mercado nacional, ajeno a todo esto, entra en combate bajando precios. ¿Por qué?
La esperanza por alcanzar mayores precios de venta hizo que el productor retuviera su grano desde inicio de campaña en algunos casos y a día de hoy, a poco tiempo de iniciar la nueva cosecha, sale al mercado toda esa poca cosecha pasada para limpiar almacenes.
Es poco volumen relativo, pero sale de golpe sin encontrar comprador, por tanto, el efecto es de bajada de precio para competir con el precio de importación. Nada tiene sentido para la cebada que no encuentra su hueco en formula.
La mercancía nacional se está vendiendo sobre 10 euros por debajo respecto al precio de importación. El importador pierde, el agricultor pierde, tan solo el fabricante consigue mejorar sus precios de compra respecto al pasado.
