El Gobierno de Castilla-La Mancha estudia los documentos iniciales para los planes hidrológicos del ciclo 2028-2033 de las siete demarcaciones hidrográficas que pasan por la región, con el objetivo de poder presentar propuestas, observaciones y sugerencias en el plazo de consulta pública, que ya está abierto y que se prolonga durante 6 meses.
En declaraciones a EFE, la directora de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Mercedes Echegaray, ha explicado que el equipo de planificación ya está estudiando los documentos iniciales, que se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) a finales de diciembre, con el objetivo de poder formular las propuestas, observaciones y sugerencias pertinentes, para lo que se ha dado un plazo de seis meses.
Consejos del Agua
Además, ha indicado que el Gobierno regional también acude a todas las convocatorias de los Consejos del Agua que se están realizando, de forma que ha avanzado que la próxima semana asistirá al Consejo del Agua de la Demarcación del Segura, que se celebra en Murcia, del mismo modo que tiene previsto acudir al Consejo del Agua de la Demarcación del Guadalquivir, que será en Sevilla.
A la siguiente semana, también asistirá a la reunión del Consejo del Agua de la Demarcación del Tajo, en Madrid, y a las reuniones de las demarcaciones del Guadiana, Júcar, Ebro y Duero.
Seguimiento de los planes hidrológicos
En estas reuniones, ha especificado Echegaray, se estudiarán los programas de seguimiento de los planes hidrológicos vigentes del ciclo 2022-2027, si bien ha opinado que los informes de seguimiento deberían ser «más inmediatos, más automáticos» de forma que «no requieran elaboración y salgan casi en automático», un extremo que a su entender es posible gracias a la inteligencia artificial y a otros sistemas que aportan información.
Ello posibilitaría que las administraciones pudieran conocer de forma más rápida cómo está el estado de las masas de agua, pues ha recalcado que el objetivo de la Directiva Marco del Agua es que «las masas de agua estén en buen estado».
Echegaray ha recordado que la Directiva Marco del Agua se promulgó en 2000 y el objetivo era que en 2027 todas las masas de agua de los Estados miembro estuvieran en buen estado, si bien ha calculado que en estos momentos, «el 50 % de las masas de agua de toda la Unión Europea no llegan a alcanzar el buen estado».
Alcanzar ese buen estado de las masas de agua es lo que se persigue con la redacción de los planes hidrológicos por ciclos y ha precisado que el de 2028-2033 ya sería el cuarto ciclo.
Nuevas reglas de explotación del Tajo-Segura
En cuanto a las aportaciones que realizará el Gobierno de Castilla-La Mancha a los planes hidrológicos, Echegaray ha considerado que aún es pronto para poder señalar por dónde irán las propuestas del Ejecutivo autonómico, si bien ha aseverado que «la gran propuesta está fuera del plan».
«La gran propuesta que persigue el Gobierno de Emiliano García-Page es conocer las nuevas reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura y eso está fuera de los planes hidrológicos porque es una legislación superior a la de la planificación hidrológica, lo cual no deja de ser paradójico que la propia demarcación hidrográfica del Tajo no pueda disponer de una parte de sus recursos porque están comprometidos con unas reglas de explotación», ha indicado Echegaray.
Con todo, Echegaray ha lamentado que las nuevas reglas de explotación del trasvase deberían haberse conocido en febrero de 2024 y todavía no se han hecho públicas, mientras que las últimas reuniones con el Ministerio para la Transición Ecológica para abordar el asunto se mantuvieron en primavera y «desde entonces no se ha vuelto a saber nada de las reglas de explotación».
«Sabemos por noticias publicadas que deben de estar ya (…) pero la administración de Castilla-La Mancha no las conoce y no se ha hecho llegar ni un solo borrador de las nuevas reglas de explotación», ha señalado la directora de la Agencia del Agua.
En este sentido, ha recordado que la postura del Gobierno de Castilla-La Mancha sobre el trasvase no cuestiona las derivaciones para abastecimiento humano y pide «hacer un buen análisis» de qué cantidad de agua se considera «excedente trasvasable», para garantizar el buen estado del Tajo y garantizar que se cubren las necesidades de la cuenca cedente.