La convocatoria de ayudas a la investigación financiada por el Gobierno regional para el periodo 2025-2028 destinará diez millones de euros a 118 proyectos, de los que 91 están liderados desde la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
La inversión beneficiará a más de 1.100 investigadores e investigadoras, un 49 % mujeres, y permitirá avanzar en áreas clave como la transición energética, la salud, la ingeniería o el desarrollo rural.
Durante la presentación, el rector de la UCLM, Julián Garde, subrayó la relevancia de esta convocatoria regional: “Aproximadamente el 77 % de los proyectos serán desarrollados por personal investigador de la UCLM. Si sumamos los vinculados al IDISCAM y al CSIC en centros mixtos, alcanzamos un 80 % del presupuesto, lo que supone unos ocho millones de euros. Es una excelente noticia que pone de manifiesto la valía de nuestros investigadores e investigadoras”.
Garde agradeció además la continuidad de estas convocatorias y su evaluación científica externa: “Es fundamental que las universidades y el Gobierno regional trabajemos de forma complementaria para potenciar la carrera investigadora en todas sus fases. Esta convocatoria cuenta con la evaluación de la Agencia Estatal de Investigación, la misma que valora los proyectos del Plan Estatal, lo que da garantías de calidad y permite a nuestros grupos competir también a nivel nacional”.
259 proyectos
En total, se presentaron 259 proyectos, de los cuales 231 fueron admitidos y 118 han sido finalmente financiados, lo que representa una tasa de éxito del 51 %. De estos, 91 serán desarrollados por la UCLM, 13 por la Universidad de Alcalá (UAH), ocho por la Fundación Hospital Nacional de Parapléjicos y el resto por instituciones como el CSIC, el IRIAF o la UNED.
El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, destacó la contribución de esta política a la lucha contra la despoblación: “Un 30 % de los proyectos financiados están ligados al medio rural, con ejemplos como el estudio de la adaptación del viñedo al cambio climático”.
Desde 2017, se han destinado 16 millones de euros a investigación con incidencia directa en las zonas más despobladas de la región.