Funerales con queso y vino de la tierra, una nueva forma de decir adiós en Castilla-La Mancha

Crece la demanda de despedidas personalizadas, con detalles íntimos ligados a la tradición regional

funeral

En Castilla-La Mancha, despedirse de un ser querido empieza a parecerse menos a un funeral tradicional y más a un homenaje cercano, sincero… y con mucho sabor local.

Brindis con vino del pueblo, queso manchego curado y poemas escritos por nietos o hallados en viejos cuadernos. Cada vez más familias optan por una despedida que refleje la vida real de quien se marcha.

Así lo refleja la actividad reciente de Pazy, empresa española de servicios funerarios personalizados. Según sus datos, el 80 % de sus clientes en Castilla-La Mancha elige la incineración, relegando el entierro tradicional a un 20 % de los casos. Además, más del 60 % prescinde del velatorio, apostando por actos más íntimos, personalizados y centrados en el recuerdo.

Adiós con identidad manchega

Pero si algo distingue a estas despedidas especiales es su profundo carácter local. Muchas familias no solo buscan ahorrar o simplificar el proceso, sino rendir un tributo sincero a la persona que fallece.

En palabras del equipo de Pazy, «lo manchego se convierte en protagonista emocional: el vino de la tierra, el aceite del pueblo, el queso que siempre tenía en la despensa o ese poema que se sabía de memoria».

Uno de los casos más emotivos que se recuerdan en Pazy es el de una mujer de Ciudad Real que dejó organizada su despedida de forma muy especial. No quiso que su adiós fuera un momento triste, sino un homenaje sencillo, íntimo y profundamente suyo. Cuando llegó el día, todo estaba preparado.

“Despedimos a mamá como a ella le gustaba vivir: todos juntos y con los sabores de su infancia”, contó la familia. “El queso manchego, el vino y un poema de Machado recitado por su nieta nos conmovieron a todos. Fue cercano, bonito y muy nuestro. Pazy lo hizo fácil, sin complicaciones ni imposiciones”.

Uno de los casos más emotivos que se recuerda en Pazy fue el de una familia en Ciudad Real que organizó una despedida sencilla pero muy especial, en casa, con los sabores de siempre. «Elegimos despedir a mamá como a ella le gustaba vivir: en familia y con los sabores de su infancia», contaron. «El queso manchego, el vino y un poema de Machado recitado por su nieta conmovieron a todos. Fue cercano, bonito y muy nuestro. Pazy lo hizo fácil, sin complicaciones ni imposiciones».

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