Opinión. La ganadería en Castilla-La Mancha: entre el abandono político y la desinformación. Julián Díaz-Cano. Concejal de Agricultura y Ganadería de La Solana

ovejas

La llamada Ley de la Cadena Alimentaria es, en la práctica, una declaración de buenas intenciones sin aplicación real. Un marco teórico que solo funcionaría en un país (Bolivariano) con intervención total del mercado. Mientras tanto, los ganaderos siguen negociando en desigualdad frente a la industria y la distribución.

Conocimiento: el arma que el ganadero no puede permitirse ignorar y que desgraciadamente no se utiliza bien

El único modo de equilibrar la balanza es con conocimiento. Saber de números, censos, precios y costes. La Administración nos ha dotado de herramientas, pero de poco sirven si no están actualizadas ni accesibles.
Ahí están la AICA, los censos ganaderos, los estudios de costes (SELECAMAN), el IRIAF, el LILCAM o la INLAC. Todos ellos deberían ser nuestra “caja de herramientas”, pero se han convertido en cajones olvidados. Sin datos fiables, sin transparencia y sin acceso, el ganadero está desarmado.

Quesos de mezcla: un precio injusto que ahoga al pequeño ganadero

Durante décadas, los quesos de mezcla han atado el precio de la leche de cabra y oveja al de la vaca, impidiendo que los pequeños rumiantes cubran costes. El resultado: ruina.
Desde 2015, un claro ejemplo en Castilla-La Mancha donde ha perdido más del 16% de su cabaña caprina, y solo entre 2020 y 2023, un 23% menos de ganaderos con entregas de leche, pero también la cabaña ovina sufre estas graves consecuencias. En tres años se han dejado de producir más de 12 millones de litros, un impacto de más de 30 millones de euros para la industria alimentaria regional.
Con los impuestos que habría generado esa producción, se podrían haber compensado justamente las pérdidas de los ganaderos afectados por las campañas de saneamiento.

Campañas de saneamiento: necesarias, pero injustas

Nadie cuestiona la necesidad del control sanitario, pero sí la injusticia con la que se ha tratado al ganadero.
Los sacrificios obligatorios no se han acompañado de indemnizaciones justas ni de apoyo real para reponer animales.
Es imprescindible una evaluación seria de los resultados y del coste-beneficio de cada campaña. Porque el daño económico y moral sufrido por los ganaderos ha sido devastador.

 Contra la “filosofía Bamby”: la desinformación que mata al campo

La batalla del campo ya no solo se libra en las granjas, sino también en los medios y en Bruselas.
Desde hace años se impone una corriente de pensamiento urbano e ingenuo —la llamada “filosofía Bamby”— que idealiza la naturaleza y criminaliza a quienes dan de comer a la sociedad.
Aprovechando el analfabetismo agrario de una sociedad cada vez más urbana, lobbies y partidos ecologistas difunden medias verdades y falsedades que ponen en riesgo la soberanía alimentaria.
Combatir esta desinformación exige conocimiento, ciencia y verdad: IRIAF, UCLM y otras instituciones deben ser el escudo de un sector que merece respeto, no desprecio.

El espejismo de la sostenibilidad

Los efectos que sobre el clima tiene la actividad humana desde la revolución industrial (aumento de la Tª y CO2), no se pueden cuestionar, ni ocultar, ni combatir con el negacionismo. Hay que afrontarlos desde el CONOCIMIENTO.

Mientras se presume de proyectos “verdes” y estudios sobre la huella de carbono, la realidad es que muchos de ellos se aprueban con presupuestos simbólicos que los hacen inviables.
No basta con titulares: el sector necesita financiación, tecnología y compromiso real, no propaganda.

La lana y el abandono: cinco años esperando soluciones

Llevamos cinco años pidiendo ayudas y/o herramientas para gestionar la lana, convertida en un residuo costoso en lugar de un recurso. Yo mismo he solicitado a la Junta a través de la consejería de desarrollo sostenible una solución real:
La única respuesta: silencio o la ocurrencia de usarla como combustible. Un ejemplo más del abandono sistemático de un sector que genera empleo, paisaje y alimento.

Becas y relevo generacional: una trampa burocrática

El límite de facturación para acceder a becas de estudio —155.500 euros desde 2008— es un insulto al sector primario.
Ese cálculo ignora los márgenes mínimos de los ganaderos, castigando a las familias que más trabajan y menos ganan.
¿Queremos relevo generacional? Entonces formemos a los hijos de los ganaderos, no los expulsemos del sistema educativo.
El futuro del mundo rural no lo pueden decidir los hijos del “pensamiento Bamby” desde una oficina.
El futuro del campo lo deben construir quienes viven, trabajan y creen en él.

Conclusión

Castilla-La Mancha está perdiendo ganaderos, producción y soberanía alimentaria.
El problema no es la ganadería: es la desinformación, la descoordinación y la falta de compromiso político real.
Necesitamos una caja de herramientas operativa, pública y transparente, que ponga el conocimiento al servicio del sector.
Se nos llena la boca de soluciones ante la “despoblación”, pero no olvidemos que Sin ganaderos no hay campo, sin campo no hay alimentos, y sin alimentos no hay país.

Julián Díaz-Cano Prieto. Concejal de Agricultura y Ganadería de La Solana (Ciudad Real)

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