¿Qué labores necesita la viña tras la vendimia?

Entra en una fase crucial

uva de cava

Una vez finalizada la vendimia, la viña entra en una fase crucial, como recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), que es la preparación para el reposo invernal.

Este periodo es fundamental para asegurar la calidad de la cosecha del próximo año. Son labores esenciales para que el viñedo afronte la parada invernal con éxito.

Es fundamental garantizar un buen agostamiento, proceso por el cual la planta se endurece y acumula reservas antes del invierno.

El estado de las hojas es determinante: si la viña las pierde antes de tiempo (defoliación), no podrá asimilar ni almacenar los nutrientes necesarios.

Por ello, el control del mosquito verde durante la maduración y la postrecolección resulta esencial, ya que un ataque severo puede provocar la seca de las hojas y su caída prematura, afectando negativamente al agostamiento.

Reposición de nutrientes: abonado postcosecha

La viña ha gastado mucha energía en la producción de los racimos. Es el momento de reponer sus reservas para que tenga fuerza al inicio del próximo ciclo.

El fósforo y el potasio son dos elementos vitales: el fósforo participa en la transferencia de energía, y el potasio contribuye a la resistencia frente a la sequía y las enfermedades.

La aplicación de abonos orgánicos es importante, ya que nos ayuda a reponer la materia orgánica del suelo, mejorando su estructura y fertilidad.

Aportarlos en estos momentos permite que se desarrollen los procesos químicos y biológicos necesarios para liberar los nutrientes y que estén disponibles cuando el cultivo comience a brotar

Control de malas hierbas y almacenamiento de agua

Son dos tareas que van de la mano y resultan esenciales para un buen agostamiento. La eliminación de las malas hierbas es fundamental porque roban recursos, compitiendo con la vid por el agua y los nutrientes aportados.

Además, favorecen la presencia de plagas al actual como refugio. Es importante eliminar las malas hierbas presentes en la zona de cultivo, manteniendo las del perímetro, ya que pueden servir de abrigo a la fauna auxiliar.

Las labores destinadas a retener el agua son vitales en los secanos y en los terrenos con pendiente. Para ello, resulta crucial trabajar la tierra para evitar que el agua de lluvia se pierda por escorrentía.

Aserpiado

El aserpiado es una técnica muy útil: consiste en formar pequeños lomos o caballones en las calles del viñedo.

Estos crean «piletas» rectangulares que recogen el agua de lluvia, favoreciendo su infiltración en el terreno en lugar de su pérdida por escorrentía. En los terrenos llanos con buena labranza, bastará con una última labor superficial antes de las lluvias.

La poda de invierno

Una vez que el frío provoca la caída natural de las hojas (parada invernal), se inicia la labor más importante del ciclo: la poda de invierno. Con ella se da forma a la cepa y se regula su producción.

Con la poda no solo se define la forma deseada (vaso, espaldera, etc.), sino que también controlamos cuántos racimos podrá producir al año siguiente, buscando un equilibrio entre cantidad y calidad. De este modo, conseguimos también un mejor estado sanitario, ya que una estructura adecuada facilita la aireación de la planta y el control de futuras plagas y enfermedades.

Al realizar estas labores, no solo se cuida la viña en el presente, sino que se sientan las bases para una cosecha abundante y de calidad en el próximo ciclo del cultivo.

Es un trabajo a pie de viñedo, realizado con máximo respeto por la tierra, que asegura la salud del cultivo durante su letargo invernal.

Las parcelas acogidas al Reglamento de Producción Integrada deberán seguir las indicaciones establecidas en dicho marco normativo, que fija las pautas necesarias para garantizar una producción de alta calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

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