La Mesa Nacional del Ajo ha celebrado su Asamblea en Las Pedroñeras (Cuenca), donde ha analizado la situación de la campaña en curso y la previsión de las siembras a nivel nacional de la próxima.
Campaña en curso
De la campaña en curso, con unas 24.000 hectáreas sembradas, se aprecia una ligera recuperación de superficie sembrada, tras tres años consecutivos de descenso, pero con una producción inferior a la de la campaña pasada, fundamentalmente debido a una condiciones meteorológicas adversas y falta de materias activas para el control de malas hierbas, plagas y enfermedades.
Estas circunstancias contribuyen a un descenso de los rendimientos, calibre y por tanto a un descenso de la competitividad del cultivo del ajo en España.
Por comunidades autónomas
Por comunidades autónomas, Andalucía es la región que ha registrado el mayor incremento de superficie sembrada, 31%, ya que, durante la sequía de los años anteriores, tuvo un retroceso muy fuerte de superficie sembrada, que este año ha recuperado en parte.
Lo que más preocupa a los asistentes es la pérdida de competitividad de la producción de ajo español, que claramente se ve reflejada, durante las últimas cuatro campañas, en un descenso continuo de la venta de ajo español en Europa (-17%) y fuera de Europa (-21%), mientras que, a su vez, durante estas mismas cuatro campañas, las importaciones de la UE y de España de ajo de terceros países crece año tras año, un 68% y un 185% respectivamente.
Impacto de los aranceles de Estados Unidos
En la reunión también se analizó el impacto que los aranceles de Estados Unidos pueden tener en el ajo español, ya que España representa aproximadamente el 8% del ajo fresco consumido en este país y ocupa el tercer puesto como país de origen de los ajos que importa. Las pérdidas estimadas, entre el escenario más optimista y el adverso, se calculan pueden estar entre los cuatro y veinte millones de euros.
Esta constatación del retroceso del ajo español en el mercado europeo e internacional, derivada en gran medida del incremento de costes de producción (insumos, mano de obra, limitaciones de acceso al agua, maquinaria, equipamientos, etc.), de los aranceles de Estado Unidos y acentuada por la disminución de soluciones para el mantenimiento adecuado de la sanidad del cultivo del ajo, sin que exista una reciprocidad de exigencias a la producción procedente de terceros países, hace necesario que Europa tome medidas para proteger la producción del ajo europeo.
Falta de comunicación al consumidor
Esta situación se ve acentuada por la falta de comunicación al consumidor y distribución de las mayores exigencias a las que se somete la producción europea, lo que hace necesario un precio mayor del ajo europeo, que el de terceros países, ya que es el que más garantías sanitarias proporciona y dado que es un producto con bajo consumo per cápita (menos de 0,8 kg por persona y año) su incidencia en el coste de la cesta de la compra es irrelevante.
Ante esta situación, y con la mayor parte del ajo temprano sembrado, las perspectivas de siembra para la próxima campaña se consideran similares, o incluso más bajas, a las de la última campaña dada la falta de rentabilidad del cultivo y el elevado coste de producción.
Mesa Nacional del Ajo
Desde la Mesa Nacional del Ajo consideran imprescindible que tanto la administración nacional como europea sea consciente de la necesidad de establecer, de forma urgente, medidas de apoyo y protección al cultivo del ajo para mejorar su competitividad y así poder mantener la mano de obra empleada y riqueza generada en el medio rural.























