Opinión. Emprendedoras rurales: motor de cambio en el territorio. Lola Merino. Presidenta de AMFAR

Lola Merino

Hoy 19 de noviembre, Día Internacional de la Mujer Emprendedora, como presidenta de AMFAR-Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, quiero poner en valor el papel transformador que desempeñan las mujeres rurales españolas. En AMFAR defendemos que emprender en el ámbito rural no es solo una opción económica, sino una apuesta valiente por el desarrollo territorial, la fijación de la población y la igualdad de oportunidades.

Los datos más recientes confirman que el emprendimiento rural femenino es una realidad creciente. Según el informe “Emprendimiento de las mujeres en el ámbito rural” del Ministerio del Reto Demográfico, el emprendimiento de las mujeres rurales representa un mayor porcentaje que en los entornos urbanos: en los municipios rurales, el 17,4% de las mujeres son empresarias o autónomas, frente al 10,1% de las mujeres en las ciudades.

Un espíritu emprendedor que se refuerza en el estudio del Observatorio del Emprendimiento de España (GEM) que revela que una de cada cinco mujeres rurales (20%) de entre 18 y 64 años se encuentra en alguna fase del proceso emprendedor y que alrededor del 8% ya ha consolidado su negocio.

En un día como hoy en el que celebramos el emprendimiento de las mujeres cabe preguntarse en qué sectores invierten las mujeres rurales. Más de la mitad de las emprendedoras rurales, el 53% opta por actividades vinculadas al consumo y los servicios de proximidad: comercio local, turismo rural, hostelería o atención personal. Otro 16% lo hace en la industria, y un 15% en actividades relacionadas con los recursos naturales, como la agroalimentación o la artesanía ligada al territorio.

También es importante resaltar que el relevo generacional está llegando al emprendimiento femenino rural. Las mujeres de entre 35 y 44 años son el grupo más activo entre las potenciales emprendedoras, y superan a generaciones anteriores en formación y ambición. Son mujeres que apuestan por el retorno al territorio, la innovación en sectores tradicionales y la diversificación económica.

Aunque las menores de 30 años siguen siendo minoría, se observa una tendencia ascendente de jóvenes tituladas que ven en el campo una oportunidad para emprender de forma diferente: con proyectos sostenibles, digitales y conectados al mercado global.

Las motivaciones que llevan a las mujeres rurales a emprender son diversas: el autoempleo (79%), la continuidad del negocio familiar (36%) o la conciliación entre vida personal y profesional (39%) son las más comunes.

Sin embargo, persisten barreras que limitan su potencial: la falta de financiación, la escasa visibilidad de modelos de éxito, la brecha digital o la dificultad para acceder a servicios de conciliación. Según estudios recientes, el 39% de las españolas desearía emprender, pero la falta de financiación sigue siendo la principal barrera (32%).

Desde AMFAR, reclamamos en el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, varias líneas de acción que son prioritarias para fortalecer el emprendimiento femenino rural como es el caso del acceso a la financiación y el acompañamiento adaptado a las realidades rurales, la formación específica en digitalización, marketing, sostenibilidad y gestión empresarial, la puesta en marcha de políticas de conciliación y corresponsabilidad que faciliten el desarrollo profesional sin renunciar a la vida familiar, entre otras.

El emprendimiento femenino rural no es un tema secundario: es un motor esencial de la economía local, de la innovación y de la fijación de población. Emprender en lo rural es generar futuro. Y cuando las mujeres lo hacen, nuestros pueblos crecen, se fortalecen y se llenan de vida.

Lola Merino. Presidenta Nacional de AMFAR (Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural)

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