Fenacore pide que Confederaciones Hidrográficas recuperen sus funciones históricas

que se le devuelvan las competencias que en su día se atribuyeron a empresas públicas

El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, ha pedido que las confederaciones hidrográficas recuperen sus funciones históricas en la gestión de las obras hidráulicas, devolviéndoles las competencias que en su día se atribuyeron a empresas públicas como Acuamed o Acues.

Del Campo, que ha hecho estas declaraciones en el marco del Salón Internacional del Agua y del Riego (SMAGUA), que se celebra estos días en Zaragoza, ha recordado que la razón que justificaba la existencia de estas sociedades –creadas a partir del año 1997- era cumplir con los criterios de Maastricht para poder ingresar en el Euro. La inversión en obras hidráulicas a través de estas sociedades estatales no incrementaba el déficit público porque sus balances no consolidaban con los presupuestos del Estado, según apunta.

Sin embargo, al cambiarse los criterios de contabilidad pública para que volvieran a computar sus deudas en el cálculo del déficit, se han duplicado de forma innecesaria, dice Del Campo, recursos y competencias, haciéndose imprescindible una reordenación del sector público en el que las confederaciones hidrográficas vuelvan a contar con los recursos financieros necesarios para su correcto funcionamiento.

Que dejen de ser reinos de taifas

fenacore del campo 2Para el dirigente de Fenacore, asegurar el futuro de las confederaciones hidrográficas pasa también «por aplicar criterios de funcionamiento homogéneos en todas las cuencas hidrográficas, de manera que dejen de ser comparadas con los antiguos reinos de taifas».

Es necesario, añade,  revisar sus criterios de financiación  y analizar con detalle qué parte de las obras hidráulicas deben pagar directamente los usuarios, a través de cánones de regulación y tarifas de utilización del agua por utilizar el recurso para el desarrollo de su actividad económica y qué parte debe sufragarse en los Presupuestos Generales del Estado. Para Fenacore es «incomprensible pretender que los usuarios carguen directamente con la financiación de las confederaciones».

Además, la Directiva Marco de Agua no establece que se recuperen la totalidad de los costes de las obras, por lo tanto es imprescindible contemplar qué excepciones se deben aplicar a cada usuario en función de las circunstancias económicas, sociales, etc.

Mayor pluralidad

Estos organismos de cuenca deben contar, en opinión de Fenacore, con un cuerpo funcionarial, con un perfil más plural que realmente responda a la realidad actual del sector agrícola y tengan representación de grupos de interés en la gestión del agua tales como ecologistas, asociaciones de consumidores, sindicatos, expertos universitarios, etc.,

Una política hidrológica largoplacista

Además de reestructurar estas empresas públicas es preciso también, según Del Campo, reestructurar las políticas hidrológicas que llevan a cabo, lo que implica el diseño de hojas de ruta largoplacistas, para que los planes de cuenca que se proyectan en una legislatura se ejecuten durante el ciclo político que corresponda sin depender de las prioridades de quien gobierne en cada momento.

Para el presidente de Fenacore, de esta forma se terminaría con la utilización política del agua -que denominó “contaminación política del agua”- lo que implicaría terminar con la visión localista que intentan imponer las autonomías, ya que supondría proteger el principio de unidad de cuenca y unidad de gestión, defendiendo precisamente a las confederaciones hidrográficas como instituciones en las que ya se integran y tienen participación todos los usuarios y los agentes interesados en la gestión del agua.

 

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