La diputada nacional del PartidoPopular, Carmen Quintanilla, ha pedido a los Estados que adopten medidas para apoyar el empoderamiento de las mujeres en las zonas rurales y que se garantice una atención suficiente a sus prioridades, haciendo hincapié en «promover la participación de las mujeres rurales en la toma de decisiones; desarrollar los servicios de salud; reforzar su emancipación económica en el medio rural o erradicar la violencia contra las mujeres en las zonas rurales”
Quintanilla ha realizado esta afirmación en el transcurso de su conferencia “El trabajo femenino en la política migratoria europea: igualdad y oportunidad”, que ha tenido lugar en el Seminario Internacional de Estudios Europeos, que se desarrolla en Trapea (Italia) a lo largo de este fin de semana y que está organizado por el Centro Europeo para Asuntos de los Trabajadores (EZA).
Carmen Quintanilla realizó en su intervención un retrato de la mujer rural en Europa, indicando que las zonas rurales en Europa son muy variadas por su estructura social, económica, geográfica y cultural y señalando que las mujeres rurales no son un grupo homogéneo, ya que tienen papeles diferentes en las empresas familiares o granjas.
La diputada nacional y presidenta de la Comisión Mixta del Estudio del Problema de las Drogas incidió en que en los últimos años ha emergido una toma de conciencia en la comunidad internacional, conscientes de que al descuidar cuestiones de igualdad entre hombres y mujeres esto está afectando, no solo a los derechos humanos sino que supone una oportunidad fallida de incrementar la productividad y los ingresos agrícolas. Como dato afirmó que en los países con ingresos bajos, donde la agricultura representa alrededor del 32% del PIB, las mujeres producen la mayor parte de los alimentos que se consumen y constituyen una proporción de mano de obra importante.
Quintanilla se refirió a la Conferencia de Beijing, donde la Asamblea General de la ONU adoptó varias resoluciones relativas a la mujer en zonas rurales. Igualmente se ha señalado su extrema vulnerabilidad motivada por la recesión económica mundial, así como la importancia de que las políticas y estrategias agrícolas tengan en cuenta las diferencias entre mujeres y hombres.
