La Sentencia nº 10/2018, de 15 de enero, del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha considera que la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental no siguió el “procedimiento legal establecido” en el caso de la macrogranja de Torrejoncillo del Rey (Cuenca) puesto que, según apuntan desde Stop Macrogranjas Pueblos Vivos “la declaración de impacto ambiental ha de ser previa a la autorización y ha de hacerse pública”. Este procedimiento ilegal viene siendo, según el colectivo, la norma para la concesión de las autorizaciones ambientales en los proyectos de ganadería industrial.
Desde Pueblos Vivos Cuenca lo vienen denunciando desde hace tiempo, y esta Sentencia,a aseguran, les da la razón: «la administración regional está acelerando los trámites de las autorizaciones ambientales para estas explotaciones industriales, favoreciendo los intereses de las grandes empresas cárnicas frente al derecho público a la protección ambiental que consagra tanto la legislación regional como el propio artículo 45 de la Constitución».
Según este colectivo, la Sentencia declara la nulidad de la resolución por la que la Junta otorga la Autorización Ambiental Integrada a esta explotación porcina, por no haber seguido el procedimiento adecuado. Pero la Sentencia, recalcan desde Pueblos Vivos Cuenca, va más allá en el voto particular de un Magistrado, que pasa a valorar el fondo del asunto que se había denunciado, «que no es otra cosa que la contaminación del agua de uso público de Torrejoncillo del Rey».
En esta parte de la Sentencia, se dice de manera textual que “queda suficientemente acreditado por los informes de los Servicios de Salud de la Consejería de Sanidad […] que las aguas de consumo público del Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey están contaminadas por los nitratos procedentes de los purines y estiércol originados por las granjas de cerdos […], no siendo apta para el consumo humano.” Así lo manifiesta también el informe de un perito agrónomo que se adjunta en la demanda.
Desde Pueblos Vivos Cuenca lamentan profundamente este caso que, aseguran, contradice de manera clara el discurso, tanto de la administración regional, «que niega la posibilidad de estos casos de contaminación por nitratos», como el de las empresas del sector cárnico «que se aferran a la supuesta estricta normativa ambiental para afirmar que esto no puede suceder». No piensan desde Pueblos Vivos que sea una contaminación deliberada, «pero sí que las macragranjas representan una actividad con riesgos medioambientales, aparte de las consecuencias socio-económicas para nuestros pueblos».
Por casos como este y otros, inciden desde Pueblos Vivos Cuenca, «no nos pueden convencer de la inocuidad de este tipo de actividad y proponemos alternativas económicas sostenibles que ya están funcionando en nuestra provincia y región». Aseguran que muchos emprendimientos rurales están en peligro por estos macroproyectos, como casas rurales, empresas de turismo cultural y de naturaleza, albergues, restaurantes, parques arqueólogicos como el de Segóbriga (donde a menos de 3 kms hay dos proyectos de este tipo, en Almendros y en Saélices), así como la calidad de vida como habitantes de las zonas rurales, «que se ve alterada por los malos olores o la posibilidad de contaminación de nuestra agua, tan escasa en nuestra tierra. Todo esto en peligro por un puesto de trabajo en cada explotación, ¿merece la pena?».
Pueblos Vivos Cuenca es una plataforma que agrupa a vecinos y vecinas de Priego, Torrejoncillo del Rey, Cañete, Campillo de Altobuey, Villanueva de la Jara, Pozorrubielos de la Mancha, Almendros, Tinajas, Mota del Cuervo y Ecologistas en Acción.
Eso mismo está pasando en muchos más sitios. Y por más que lo pones en conocimiento de la administración y de las autoridades, te indican que denuncies tu a título personal, y después ya se vería que sucede. Me llama la atención las dobles varas de medir, dependiendo de quien seas o de con quien tengas relación.