Elena Mesas Carrasco, nueva presidenta de la IGP, nació en Las Pedroñeras (Cuenca) y uno de sus primeros oficios fue “cortar ajos en el campo para”. Hoy, a sus 31 años, es licenciada en Historia, master en Pedagogía; continuó durante más de un año su formación en Reino Unido trabajando en una empresa de cuarta gama. De ahí dio el salto a la que hoy es su empresa (empresa familiar integrada en otro grupo empresarial), continuando su formación con un master en Calidad y Seguridad Alimentaria. Actualmente es responsable del departamento de producción de Ajos La Veguilla. De espíritu dinámico cursa en estos momentos un post grado en Dirección y Gestión en la Empresa Agroalimentaria impartido por la escuela de Negocios San Telmo.
¿Cómo recibió el nombramiento de ser presidenta de la IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras?
Ante todo, cuando lo propuso la Asamblea de la Asociación, con sorpresa, por mi juventud, porque dentro de la IGP hay gente muy preparada para llevar esta misión. Pero sobre todo es para mí una alegría.
Dos mujeres en el cargo de la presidencia. ¿Qué valoración hace de los últimos años de trabajo de tu anterior homóloga?
Para mi Dolores Suárez es una persona excepcional que ha llevado a cabo una labor especial. Ella conoce mucho el sector, los medios, cómo desarrollarse y yo personalmente la admiro. Dice cosas muy acertadas.
¿Cómo será su línea de trabajo?
Será una línea continuista, dentro de la IGP no entra una ruptura, porque no podemos olvidar lo que hemos hecho estos años atrás que está bien hecho. Vengo a sumar, siempre se sumará. Como historiadora me gusta decir esta frase “nunca se puede juzgar los hechos del pasado con los ojos del presente”, aunque aquí las cosas se han hecho como mejor hemos entendido todos los miembros de la Asociación y sus distintos presidentes.
¿Cuál es una de sus recetas en la dirección de proyectos?
Tengo una que no falla: lo que hay que hacer es trabajar, y con el trabajo conseguiremos muchas cosas. Tenemos un producto excepcional del que nos sentimos orgullosos y eso es lo que hay que transmitir al consumidor.
¿Qué sello imprimirá en la presidencia de la IGP?
Yo creo mucho en el esfuerzo y en el trabajo y creo que todos trabajando y poniendo nuestro granito de arena y compartiendo ideas, unidos los más jóvenes con las personas con más experiencia, podemos llegar muy lejos. Y es así como quiero trabajar.
Aunque aún está “aterrizando” en el cargo, ¿Qué actuación ves conveniente abordar a corto o medio plazo?
Hoy en día se puede llegar al sofá de un consumidor –que lo somos todos- de una manera muy fácil y barata: a través de las redes sociales y creo que podemos dar un impulso a esta nueva forma de comunicación, ofreciendo un producto diferenciado ya por sí en el mercado. También, por supuesto, hay que seguir trabajando el esfuerzo de pedagogía que está haciendo la IGP en puntos de venta informando al consumidor.
¿Qué hay que potenciar en la IGP?
Lo que debemos hacer es intensificar la promoción del Ajo Morado de Las Pedroñeras, que la gente nos reclame en tienda. El día que se verbalice “yo quiero ajo morado de Las Pedroñeras”, habremos llegado a la meta.
¿Cómo llegar a esa meta?
Yo creo que al final es mucha pedagogía, entender quién es el consumidor objetivo y llegar a él.
Pienso que hay que llevar un estudio en la IGP para saber quién es ese consumidor, nuestro potencial-objetivo. Segmentar, porque puede ser el ama de casa, pero ¿qué perfil de ama de casa? ¿O quizás sea un “single”, pero de qué edad, sexo, qué tipo de productos compra?. Todo eso lo tenemos que saber.
¿Qué hueco tiene en estos momentos el Ajo Morado de Las Pedroñeras en el mercado nacional?
Hay que hacer mucha promoción en España. Todos los abuelos de antaño conocían el ajo morado de Las Pedroñeras, pero hoy en día no se conoce. Tenemos que trabajar con fruteros, con distribuidores… ni los profesionales en muchas ocasiones saben diferenciar nuestro ajo, el único en España con sello de calidad IGP, del resto. Hay que trabajar para terminar con ese desconocimiento y recuperara el mercado.
Y a nivel internacional ¿Tiene cabida este preciado ajo?
Por supuesto. Es difícil, depende de los países, y todo conllevaría un estudio previo. En Inglaterra, por ejemplo, el ajo morado es reconocido, y el consumidor inglés está enamorado de España. También podríamos estudiar acciones de cómo llegar a esos mercados a través de acciones divulgativas con web en idiomas, redes sociales geolocalizadas, recetas traducidas, etc.
Es una tarea pendiente: estudiar cómo llegar al consumidor extranjero.
¿La IGP está abierta a más empresas?
Por su puesto, tenemos que atraer empresas del sector para que se integren en la IGP. Todo el mundo tiene voz. Todas las ideas son bien venidas y al final mucha gente que tiene industrias en Andalucía siembran ajos en La Mancha y podrían recogerse y ampararse en la Asociación. Tenemos un sello que puede dar más cabida y sumar esfuerzos.
También tenemos que contemplar opciones como la de sumar trabajo junto a otras figuras de calidad y hacer grupos de trabajo mixtos para compartir ideas, aprender de los demás. Tenemos muy buenas figuras de calidad en Castilla-La Mancha.