Argumentan que el escrito viene motivado por la avalancha de iniciativas de las comunidades autónomas para autorizar esta actividad en el marco de la normativa de caza con el argumento de controlar las poblaciones, en particular de conejo y jabalí, en prevención de daños a la agricultura y de riesgos para la sanidad animal. Estas acciones se están activando en las comunidades autónomas de forma masiva después de que el Ministerio de Agricultura reclamara públicamente que se mantuviera el control sobre el jabalí.
La caza no se ha mostrado como un instrumento eficaz para atajar una problemática que se ha sobredimensionado y que se repite año tras año poniendo en serio peligro la biodiversidad en época de reproducción de las distintas especies, entre ellas muchas amenazadas, apuntan.
A esta situación se suma la excepcionalidad del estado de alarma en la que estas autorizaciones se están produciendo. Las entidades ecologistas y conservacionistas llaman la atención sobre el hecho de que delegar el ejercicio de esta actividad a cazadores, a agricultores o de quienes estos designen, implica un evidente riesgo para la salud pública y un quebrantamiento de las exigencias de confinamiento decretadas por el estado de alarma. Las administraciones no disponen de los medios exigibles ni para verificar los daños, que es necesario demostrar, ni para controlar la caza, ya que los servicios de vigilancia medioambiental, cuerpos de agentes medioambientales y Seprona de la Guardia Civil, están centrados como es lógico en otras prioridades y ya han manifestado las limitaciones de operatividad que padecen.
Para Francisco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción, “la ciudadanía no entendería que se den permisos para cazar durante el estado de alarma habiendo, como hay, medidas eficaces para prevenir, paliar y compensar los daños que pueda producir la fauna silvestre, que además son mucho menores de lo que habitualmente se da a entender”.
Para Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España, “el problema de las sobrepoblaciones debe enfocarse desde otra perspectiva, aplicando un conjunto de soluciones más duraderas y menos costosas ambientalmente y sobre todo conseguir un equilibrio natural de la fauna”. Para Asunción Ruiz, directora de SEO/BirdLife en España, “es necesario y posible encontrar un entendimiento basado en la ciencia y en información fidedigna para afrontar de manera más eficaz y sostenible una problemática que se repite año tras año”.
Las organizaciones recuerdan que las malas prácticas, entre ellas la sobre explotación cinegética, son el principal motivo por el que una especie otrora abundante, ampliamente distribuida y clave para los ecosistemas como el conejo haya sido calificada como “en peligro” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Mientras que en el caso del jabalí, se considera totalmente “incoherente” que se sigan autorizando sueltas y alimentación suplementaria, y posteriormente autorizar controles de población de la especie por los daños agrícolas y los riesgos sanitarios.