El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, anunciaba hace unas semanas en las redes sociales el logro de los investigadores del Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM), con sede en Tomelloso (Ciudad Real) por haber conseguido incluir en el Registro de Variedades Comerciales a la uva blanca Montonera del Casar, una variedad singular manchega recuperada de su extinción gracias a la investigación desde 2004.
En www.lanzadigital.com, Julia Yébenes informa que se trata de una uva localizada en cuatro puntos de las provincias de Cuenca, Guadalajara y Toledo, bastante inadvertida para los productores manchegos, ya que apenas había 700 cepas plantadas. En concreto, la encontraron en Mandayona (Guadalajara), El Casar de Escalona, Navahermosa (Toledo) y Tarancón (Cuenca).
El director del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF). Esteban García, detalla a lanzadigital que el objetivo es ampliar el conocimiento sobre el patrimonio de variedades propias, diversificar el potencial productivo vitícola de la región e incrementar así la competitividad de su sector vitivinícola con caldos exclusivos. Se sumará a las 56 variedades -27 tintas y 29 blancas- que hay reguladas en Castilla-La Mancha.
Se trata, según el análisis ampelográfico de los investigadores, de una uva blanca de tamaño y racimos pequeños, y una piel que adquiere tonos anaranjados cuando madura. De cara a su transformación, daría unos vinos singulares. Precisamente, está pendiente el trámite con la Junta de Comunidades para lograr la autorización que permita la obtención de caldos en el territorio de Castilla-La Mancha.
Una vez culminen todos los procesos, el propio IVICAM, como centro oficial, podrá proporcionar material vegetal a los viticultores interesados, “que ya los hay”, para plantar viñedos de la variedad recuperada, que solo se puede encontrar en la región.
Sus características como vino blanco en comparación con la mayoritaria airén “son potencialmente más aromáticos, con una ligera tendencia a oxidación, acidez más alta y, por tanto, más frescos”, explica García, en lanzadigital.
