Conocida por ser una de las ciudades con mayor demanda a nivel turístico en toda España, donde, en condiciones normales, llega a recibir hasta cuatro millones de visitantes, Toledo es una de las plazas donde los vinos manchegos quieren reforzar su visibilidad. Lo harán durante los meses otoñales de septiembre y octubre insertados en la publicidad de varios autobuses de línea de la propia ciudad del mazapán.
La capital regional sigue siendo una de las bazas más importantes para las bodegas manchegas en sus estrategias de aproximación comercial, con la oferta, lógica, de otras denominaciones de origen y la demanda derivada del paladar toledano, bajo la influencia y tendencias de la vecina Madrid.
En el año 2016, Toledo fue además declarada capital gastronómica refrendando así su tradición, creatividad e ingenio en los fogones de la mano de los productos más arraigados en el recetario castellano (aceite, mazapán, queso y por supuesto, vino).
En aquel año, ya el Consejo Regulador realizó un esfuerzo por estar en la ciudad convertida en capital de los sentidos durante un intenso año gastronómico.
Toledo, a pesar de las circunstancias de la actual pandemia del COVID-19, ha visto crecer la demanda de visitas durante el pasado verano, con una clara apuesta por el turismo cercanía y de interior.
DO La Mancha y Toledo
Con 3.277 viticultores inscritos, traducidas en unas 30.436 hectáreas de viñedo (19 %) acogidas, la provincia de Toledo forma parte de la zona de producción de La Mancha como Denominación de Origen.
Su peso histórico y tradición, así como sus buenas relaciones de comunicación con la llanura manchega convierten a la ciudad del Greco en un mercado de especial interés promocional.
