El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado en el Senado que la nueva Estrategia para la Conservación y Gestión del lobo, debe partir desde el diálogo y el consenso, por la necesaria cohabitación entre el lobo y la ganadería extensiva.
Ha matizado que “debemos contar con el tiempo necesario para que todos los actores sean capaces de aportar su punto de vista” a la Estrategia. “El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación así lo va a hacer”, ha afirmado. “Más allá de la decisión adoptada en la comisión de biodiversidad”, la Estrategia debe ser un “lugar de encuentro y consenso”. Ha remachado: “Proteger la biodiversidad no puede caer sobre los hombros de los ganaderos”.
Luis Planas ha reconocido que la convivencia entre lobos y ganado, su coexistencia, necesaria, no ha sido fácil. Y, junto a los daños económicos generados por los ataques del lobo al ganado, hay también un daño emocional para las familias que viven de la ganadería extensiva y que, en ocasiones, ven a sus animales muertos, heridos o dispersos. Es un “tema tremendamente complejo” y las “simplicidades no valen”.
El ministro entiende que tiene que haber una nueva redacción de la Estrategia para la Conservación y Gestión del lobo, pero hay que construirla sobre la base del diálogo, del consenso para llegar a un acuerdo fruto de un trabajo sosegado y robusto. Un trabajo que debe contar con todos: científicos, administraciones, organizaciones no gubernamentales y sector ganadero.
Ha apostado por elaborar una estrategia que incorpore la evaluación del impacto económico de la convivencia del lobo con la ganadería. Además, tiene que profundizar en las necesidades concretas de los ganaderos, facilitando asesoramiento e instrumentos de protección, así como una identificación exhaustiva de las necesidades de recursos, también los recursos económicos.
