El cultivo del plátano: Época de siembra, crecimiento, abono, riego, plagas y enfermedades

El plátano es un fruto típicamente originario de las regiones tropicales del planeta, con gran popularidad tanto en América latina como en el sudeste asiático.

Es una planta herbácea perenne gigante, que posee un rizoma corto y un tallo aparente, producto de las vainas foliares que desarrolla un tamaño estimado entre 3,5 a 7,5 metros.

Se desarrolla en condiciones óptimas, en terrenos cálidos y húmedos, con alturas sobre el nivel del mar, desde 0 a 1000 metros.

A nivel mundial, se comercializa apenas entre un 15 a 20% de la producción mundial, exclusiva de las regiones tropicales del planeta.

Por eso es casi imposible avistar una plantación de plátanos en el territorio europeo, o en el Norte de América, donde también las temperaturas frías son dominantes varios meses del año.

Solamente con ayuda de invernaderos muy bien diseñados, pueden desarrollarse a plenitud fuera de su hábitat natural.

En España, son conocidos los plátanos Cavendish o plátanos de las islas Canarias, que se multiplican gracias a pedazos de rizomas o ventosas que se van formando en las plantas.

Característica de la planta
Es una herbácea muy generosa, por cierto, la más grande del mundo, que se multiplica rápidamente y demanda muy poco, aunque las condiciones climáticas deben ajustarse a su procedencia tropical.

Existe una planta madre que por lo general muere cuando da sus primeros frutos, al cabo de un año de vida aproximadamente, pero alrededor de ella se desarrollarán muchas plantas bebés conocidas popularmente como chupones. Y debajo de la tierra, existe un rizoma muy fuerte que se va extendiendo siempre que haya buenas condiciones.

Otro dato curioso es que solamente los chupones fuertes sobreviven, los débiles deben ser eliminados. Gracias a la sobrevivencia de los más aptos, los pseudo tallos sanos darán buenos frutos, pero después se mueren.

Los brotes fuertes que prosperan suelen vivir unos 5 años o un poco más.

Los tallos de los plátanos solamente producen frutos una vez, tras lo cual deben ser cortados para que vuelvan a regalarnos racimos repletos de sabor.

Posee las siguientes características distintivas:

Las hojas son muy grandes y se organizan en espiral hasta terminar en una corona, con unas dimensiones de 2-4 metros de largo y medio metro de ancho.

El pecíolo tiene 1 metro o más en longitud y un limbo elíptico alargado, otra característica común en esta especie de grandes rendimientos durante el tiempo de cosecha.

Y de las axilas de las bráceas, surgen las flores, de color amarillo, forma irregular y con seis estambres.

El tallo
Su tallo en realidad es un rizoma grande, muy almidonoso, subterráneo, es decir, vive debajo de la tierra. En la parte superior posee yemas que se desarrollan una vez que la planta ha fructificado y florecido.

Permanece en la tierra porque su misión principal es producir las ventosas que darán pseudotallos cargados de racimos de plátanos.

Cada yema o pseudo tallo produce un solo racimo de plátanos y muere, pero la planta tiene la capacidad de producir nuevos tallos procedentes del rizoma, los cuales reemplazan a los que se secan tras dar cosecha.

Cuando alcanzan su madurez, la yema terminal se convierte en una inflorescencia que es llevada hacia arriba desde lo profundo del suelo, debido al crecimiento del tallo.

Los racimos
En la época de floración, la corona se viste con un escapo pubescente calculado entre 5-6 cm de diámetro que finaliza en un racimo colgante de 1 a 2 metros de largo, con muchas brácteas ovaladas cubiertas de un polvillo blanco harinoso.
Justamente, de cada grupo de flores pertenecientes a una bráctea se aglutinan los frutos, llamados popularmente “mano”, porque suelen reunirse entre 3 a 30 frutos que parecen dedos colgantes.

El fruto, durante su desarrollo, se va doblando según el peso hasta que someten por completo al pedúnculo, en cada racimo.

Los plátanos se comercializan frescos, en racimos cortados. Pero también suelen venderse deshidratados y en harina.

Forma parte de la mesa diaria latinoamericana, en presentaciones variadas, que van desde tajadas fritas, purés, en flakes, sopas, entre otras delicias típicas de la llamada cocina tropical.

Por norma general, hay que esperar a que madure para consumirlo, aunque existe un plato llamado “tostón”, que se hace a partir de los plátanos verdes fritos. Encima llevan salsas, repollo y zanahoria rallada. Son muy usados para acompañar el pescado en las playas caribeñas.

¿Cuáles son las condiciones óptimas para su desarrollo?

El cultivo del plátano, tanto a escala comercial como en conucos o sembradíos campesinos, es muy rendidor, bastante generoso, pero existen unas condiciones climáticas que determinan la aparición de una buena cosecha.

Aunque una sola mata será más que suficiente para dar muchos plátanos todo el año a una sola familia. Por eso en los países tropicales es muy común sembrar una mata en el patio de la casa.

Una planta tarda alrededor de 9 meses a 1 año en crecer y prodigar sus primeros frutos, pero hay que considerar una serie de factores claves para que la plantación sea exitosa. Veamos cuáles son.

Iluminación
En condiciones silvestres, las plantas de plátanos se desarrollan en el corazón de los bosques y selvas tropicales, en los bordes de áreas boscosas bajo condiciones de semipenumbra.

Los buenos rendimientos se consiguen en condiciones naturales, sin mucha exigencia de luz.

Días soleados son un gran estímulo para una buena cosecha. Pero también se adapta a un lugar en semisombra perfectamente bien, aunque el crecimiento no será vigoroso.

Temperatura

Es crucial la temperatura para que el plátano pueda desarrollarse saludablemente.

Lo ideal son las regiones tropicales, con rangos de temperaturas entre 21 a 30 ºC, promediando 27ºC.

Si la planta es castigada con temperaturas menores, no prospera, se afecta notablemente su desarrollo y el fruto no será de calidad, se estropea, así que debe tenerse claro que a esta especie no le gusta el frío, bajo ningún concepto.

Agua

Otra característica crucial está asociada con el suministro de agua. El plátano es un fruto formado por un alto porcentaje de agua, que supera el 80% de la composición de la planta, así que debe proporcionarse al cultivo un balance hídrico constante.

Esto significa que necesita mucha agua para que sus tejidos y funciones metabólicas se cumplan, es decir para que el desarrollo morfológico y fisiológico sea óptimo.

En cultivos, al menos se debe garantizar 210 Mm al mes de agua, que equivale a un suministro de 7mm diarios, a fin de que se consigan cosechas rendidoras, económicamente hablando.

Usar un sistema de riego por goteo es lo más recomendado por los expertos.

Suelos

La tierra o sustrato debe ser bien aireada previamente, así como rica en nutrientes. Lo más recomendable es utilizar estiércol orgánico con generosidad.

Los suelos igualmente deben estar bien drenados, más aún en regiones con elevados índices de pluviosidad, porque es preciso deshacerse de los excedentes de agua en el terreno, especialmente en la época de lluvias torrenciales.

Para ello, es necesaria la construcción de un sistema eficiente de drenaje y contar con un riego que no encharque las plantaciones.

Igualmente, hay una clave para tener suelos óptimos: deben alcanzar una concentración de 100-500 partes por millón (ppm) de sales solubles. No puede ser mayor ni inferior, porque la planta puede morir.

De la misma manera, es conveniente mantener una relación de 1:3 de nitrógeno/potasio, así que hay que buscar el fertilizante adecuado.

Y el pH debe ser ácido, entre 5,5 a 6,5.

Siembra
Es, como ya hemos dicho, una planta generosa, resistente y puede sembrarse en cualquier momento del año, aunque se recomienda que para fines comerciales la plantación se realice apenas finalice el periodo seco, porque inmediatamente despues siguen la estación húmeda con lluvias abundantes.

Esto sucede a finales de abril o principios de mayo. Otro período sigue entre agosto y septiembre.

Poda
Ayuda mucho podar la planta después de la cosecha, porque de esa forma aumenta su vigor, mejora su desarrollo óptimo, porque al eliminar hojas secas y tallos estropeados, se favorece su energía.

Vientos
El viento es un factor muy importante en la siembra de plátanos, porque puede provocar daños en las plantas, como por ejemplo desgarres en sus grandes hojas y tallos, estropeándose los frutos.

Si la velocidad de los vientos es inferior a 20-30 kilómetros/hora no surgirán mayores problemas, pero cuando se producen fuertes ráfagas o ventiscas, la plantación puede sufrir estragos que la dañen, aún cuando sean apuntaladas las matas.

Por eso actualmente se buscan especies de porte bajo, una medida muy eficaz para evitar que este factor ambiental estropee la siembra.

Plagas y enfermedades
Aunque es una planta resistente, de gran capacidad multiplicadora, hay que estar atento a los invasores o inquilinos indeseados, porque atrae muchos bichos, pero el escarabajo picudo negro, es el de más cuidado. Se considera el rey de las plantaciones y pueden convertirse en la ruina de la cosecha si no se le detiene a tiempo, porque tiene en su boca un aparato succionador muy potente que sustrae todo el alimento que requiere de las plantas, hasta secarlas.

De igual manera, este escarabajo en estado larvario también ocasiona un potente daño a la plantación, enfermando las plantas, las cuales comienzan a exhibir manchas amarillas y pierden mucha vitalidad, se desvanecen.

Otros insectos que atacan las plantaciones de plátanos son la araña roja, y los trips.

En cuanto a las enfermedades, el llamado Mal de Panamá es el mayor dolor de cabeza de los agricultores o campesinos, debido a que es un mal incurable que acaba con toda la planta, gracias al trabajo de un hongo perteneciente a la familia de los Fusarium.

Se presentan también manchas amarillentas en las hojas y los pseudotallos se pasman, no dan frutos en racimos.

Otra enfermedad fúngica muy mala es la negrilla, producida por un hongo del mismo nombre común.

Por eso es altamente conveniente revisar las hojas y los pseudotallos frecuentemente, a fin de detener a cualquiera de estos enemigos implacables de los platanales.


Imagen: Pixabay

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