El precio del gasóleo agrícola (B) está marcando actualmente unos máximos históricos superando los 1,40 euros/litro, a pesar de que el barril de Brent en las fechas de referencia (finales de abril) había bajado hasta los 95 euros. Y es que en el mes de marzo mientras el precio del barril de Brent era de 106 euros el precio del gasóleo se situaba en 1,18 euros/litro.
Tras estos datos la única explicación plausible, según denuncian desde UPA, es “la especulación y la absoluta falta de escrúpulos de las empresas petrolíferas asentadas en nuestro país”.
UPA considera que los niveles tan “disparados” de inflación que sufre actualmente el país vienen motivados por actitudes tan “desaprensivas” como las que ejerce este `lobby´, concentrado prácticamente en tres empresas con capacidad de refino en territorio español, “a las que no le duelen prendas dejar al límite a sectores estratégicos del país como es el agrario, y a particulares con economías muy modestas y que necesitan del uso de su vehículo”.
Escalada de precios
La “disparatada” escalada del precio del gasóleo en los últimos meses, y especialmente desde el inicio de la invasión de Ucrania está poniendo en jaque la continuidad de la agricultura y la ganadería en Castilla y León, especialmente de las explotaciones más pequeñas y de carácter familiar, las más vulnerables. Llenar el depósito de un tractor medio podía costar unos 300 euros el año pasado, y actualmente puede superar, dependiendo de la capacidad, los 1.000 euros”.
UPA denuncia además que estas empresas están “comiéndose” ellas solas la bonificación del Gobierno de 20 céntimos de euro por litro, por lo que la medida de auxilio del Ejecutivo central está sirviendo para engrosar las suculentas cuentas de las mismas aumentando aún más sus márgenes a costa de la sociedad en su conjunto.
Esta denuncia de UPA demuestra el comportamiento habitual “carente de escrúpulos” de estas multinacionales, que en el caso del sector agrario regional les supone a los profesionales agrarios un “auténtico varapalo económico”. Y es que según datos de la organización cada agricultor de Castilla y León tendrá un sobrecoste inmenso por explotación tomando como referencia el consumo medio de 10.000 litros anuales de combustible y considerando los aproximadamente 307 millones de litros de gasóleo agrícola que se vienen consumiendo anualmente en el conjunto de la región.
UPA alerta sobre una situación que cada día que pasa resulta más complicada para los profesionales del sector primario, con incrementos de costes, pero no de ingresos, y con bajadas de precios en origen por los desequilibrios de la cadena agroalimentaria.
UPA reclama al Gobierno central que en una situación excepcional como la actual, actúe para frenar esta escalada “inaceptable” del precio de los combustibles marcando unos topes máximos y que los module en función a criterios sociales y sectores profesionales. En este sentido, nuestra organización considera fundamentales iniciativas de carácter legislativo para impedir estas prácticas abusivas, porque según apuntan todos los indicios podríamos estar sufriendo un pacto al alza de precio de la gasolina y del gasóleo por parte de los grandes propietarios de refinerías (en la mayoría de los casos, grandes compañías petroleras), y que en el caso español es un mercado oligopolístico altamente concentrado.
Desde UPA hacen un llamamiento al Tribunal de la Competencia para que inicie una investigación y así comprueben si se están llevando a cabo prácticas contrarias a la libre competencia.
De cara al futuro, UPA no descarta ningún tipo de actuación si no se actúa con la contundencia que la situación actual requiere, y emprenderán las medidas oportunas siempre en defensa de un sector estratégico como el agrario, que a pesar de los precios y que cada día asume mayores pérdidas sigue cumpliendo un papel trascendental produciendo alimentos para la sociedad.
