¿Cuándo riego? La inteligencia artificial ahorra agua y mejora los cultivos

María del Mar Domínguez (EFEAGRO). Sin sensores en el suelo, sino con datos de satélites e información meteorológica, del terreno y el tipo de cultivo combinados con unos algoritmos, la empresa Agrow Analytics predice dónde, cuándo y cuánto regar, lo que permite ahorrar hasta un 30 por ciento del consumo de agua y mejorar la producción.

«Con el cambio climático y el aumento de la población a nivel mundial, uno de los grandes problemas va a ser la escasez de agua dulce» y «la principal fuente de consumo» es la agricultura, ha afirmado a EFE uno de los tres fundadores de la empresa, Fernando Ferrer.

Para poder optimizar el riego en una parcela agrícola, se necesita tener un balance de agua, es decir «cuánta entra y cuánta sale» para saber en qué momento hay que regar para mantener el cultivo en las condiciones adecuadas, lo que se puede hacer con sensores instalados en el suelo, ha explicado.

Sin embargo, estos sensores físicos «son muy caros y no son muy escalables» porque hay que instalar uno prácticamente en cada sector, por lo que se decidió buscar «sensores remotos», como las estaciones meteorológicas o satélites y toda aquella información que se puede recopilar del terreno «sin tener ningún hardware in situ».

Los modelos de Agrow Analytics predicen a través de sensores remotos, como los satélites Sentinel 2 y 3 y Landsat – de acceso gratuito-, junto a información meteorológica y algoritmos automáticos «entrenados», «lo mismo que diría un sensor físico».

Sembrar tecnología

Con el lema «Siembra tecnología, cosecha futuro», esta empresa emergente ofrece reducir en torno a un 30 por ciento el consumo de agua. En lugar de regar de forma planificada, se irriga con una predicción que «dice exactamente cuándo hay que hacerlo».

«No es un riego periódico, sino cuando la planta o el terreno lo requiere», y tiene la ventaja de que como se reduce el consumo de agua, también disminuye la energía utilizada, porque «gran parte del coste del riego es transportar agua de un sitio a otro», a la vez que se optimiza la mano de obra, ha apuntado.

Con una veintena de clientes, han podido comprobar que el sistema posibilita que el crecimiento de la planta sea más rápido porque «la mantenemos en las condiciones apropiadas». Ahora mismo trabajan en el sector de frutas y hortalizas en Valencia, Murcia y Andalucía.

Ofrecen tres planes -uno de ellos gratuito- que se diferencian en el volumen de la producción que se puede monitorizar. Desde que se accede a la plataforma, se genera un usuario con las fincas y sectores gracias a la referencia catastral o dibujando la parcela si su forma no cuadra exactamente con ella.

A partir de ahí, el algoritmo empieza a recopilar información del terreno, que se combina con unos datos introducidos por el usuario como el tipo de cultivo, y se obtiene una recomendación sobre cuánta agua hay que regar y qué día, que llega al teléfono móvil a través de la aplicación, o Whatsapp.

Del campo de cultivo al campo de golf

Aunque se centra en la agricultura, la empresa se plantea iniciativas en otros ámbitos como los campos de golf para mantener la salud de la vegetación; o las ciudades inteligentes, para el riego de parques y jardines, dada la importancia de reducir el C02, y quiere explorar asimismo la certificación de huella hídrica.

Otro proyecto en curso es la automatización completa del riego desde la plataforma, de manera que «el usuario no tenga que tocar nada». Para ello trabaja con una empresa en Málaga que tiene un campo de aguacates totalmente digitalizado.

Una idea con impacto en el medio ambiente

Agrow Analytics nace en Málaga a finales de 2020 a partir de una idea de negocio planteada por los otros dos fundadores, Antonella Maggioni y Pablo Crespo, en la incubadora Demium, quienes contactaron con Ferrer a través de Linkedin.

La primera inversión la lograron a través del fondo de capital riesgo Think Bigger Capital y después han conseguido otras públicas y privadas. Actualmente se encuentran «a caballo» entre Málaga y Valencia, tras incorporarse al programa del fondo GoHub.

El equipo lo conforman nueve personas con perfiles formativos variados y con una media inferior a los 30 años, que trabajan de forma remota.

Ferrer, que es el director de Tecnología de la empresa, aconseja a quienes quieran emprender que tengan «ilusión, ganas» y sean muy creativos y perseverantes, sin miedo a «pivotar» la idea si su formato no funciona en el mercado.

A las administraciones, les pide que agilicen «la burocracia tan tediosa que hay» porque incluso para acceder a ayudas hay que acudir a asesores.

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