Incertidumbre en el campo extremeño por la crisis y la falta de trabajadores

El sector agroalimentario extremeño se encuentra ante un año de incertidumbre debido a la crisis económica, con la necesidad de encontrar factores diferenciadores para subsistir, y la falta de trabajadores, ya que considera que los salarios no son el verdadero problema.

Estos han sido algunos de los problemas planteados por los expertos del Foro «HoyAgro», celebrado este martes en Mérida y en el que han participado el presidente de la empresa Señorío de Montanera, Francisco Espárrago; y el presidente de la firma Tany Nature, Atanasio Naranjo, junto a la consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García.

En palabras del presidente de la empresa Señorío de Montanera, actualmente una de la sociedades líderes en producción de jamón de bellota ibérico de la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, es complejo poder prever la evolución del mercado en este periodo de incertidumbre del sector.

A su juicio, esta situación está marcada por una crisis económica generalizada, el aumento de los costes de producción y de financiación ocasionados por la inflación y el bajo nivel de consumo respecto a momentos previos a la pandemia de la covid-19.

Por todo ello, según Espárrago, las empresas de la región deben buscar el factor diferenciador de sus productos y recurrir a actuaciones de economía de escala para sus negocios.

El presidente de Tany Nature, una de las empresas más relevantes a nivel mundial en fruta de hueso, ha asegurado que las subidas de costes ocasionada por el incremento de los salarios no es un verdadero problema, en cambio sí lo son la escasez de mano de obra cualificada y la falta de una escuela agraria «potente» en la región.

Faltan trabajadores en el campo

«Nos falta trabajadores y hay que traerlos», ha dicho Naranjo. «No hay una escuela agraria potente», este es el problema, «no los salarios», ha subrayado.

Espárrago ha apoyado esta visión, ya que ha planteado que «a lo mejor no hay que subir un 10 % sino un 20 % o un 30 %, porque esto podría incentivar al trabajador y repercutir positivamente en un sector con dificultades para el relevo generacional.

Igualmente, ha considerado que el problema más grave que ha afrontado el sector no ha sido la crisis ocasionada por la guerra de Ucrania, si no la de la covid-19 y ha ensalzado la concesión de los créditos ICO para que las empresas pudieran hacer frente a los pagos.

En esta línea, Begoña García ha subrayado que la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) y los incentivos agroindustriales constituyen herramientas «fundamentales» en el desarrollo del campo extremeño.

Asimismo, la consejera ha remarcado que los incentivos agroindustriales son «el mejor termómetro» del campo extremeño y ha apuntado que se han mejorado y flexibilizado las últimas convocatorias para los solicitantes de estas ayudas con el objetivo de atraer a más empresas y generar una mayor actividad empresarial. EFEAGRO

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