“La nueva PAC incrementa la posibilidad de ayudas a Castilla-La Mancha en su conjunto”

Agroclm entrevista a Julián Martínez Lizán, consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha

Julián Martínez Lizán

Julián Martínez Lizán es el nuevo consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, tras tomar posesión del cargo en los primeros días del pasado mes de julio.

Martínez Lizán es natural de Hellín, en cuyo Ayuntamiento fue primer teniente de alcalde y concejal de Obras y Servicios, Medio Ambiente, Agricultura y Agua. Fue también presidente de la Comisión Local de Pastos y del Grupo de Acción Local (GAL) Campos de Hellín.

Posteriormente, fue elegido diputado regional por el Partido Socialista por la provincia de Albacete en la anterior legislatura, repitiendo en esta, tras las elecciones del 28 de mayo pasado. En las Cortes regionales ha sido presidente de la Comisión de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural.

Es agricultor e hijo de agricultor, con una vinculación muy directa al sector hortofrutícola, y fue secretario provincial de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Albacete y técnico de esta organización agraria.

Es Técnico Especialista Agropecuario, capataz agrícola y técnico intermedio de PRL (Prevención de Riesgos Laborales).

-Antonio Gómez Olmos. Editor de agroclm.

Estamos en plena vendimia y hay cierto malestar por los precios de la uva. Usted anunció hace unos días, en Tomelloso, que su Consejería está vigilante y va a aumentar el número de controles. ¿En qué van a consistir y ya han empezado?

Julián Martínez Lizán. Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha.

Tenemos que entender la realidad de este sector que siempre es recurrente, año tras año. Yo creo que pocos años ha habido que no haya empezado la campaña de vendimia sin una problemática, sobre todo relativa al tema de los precios.

Pero en este año, creo que además adquiere más relevancia por los condicionantes que hay alrededor. Por un lado, por la previsión de cosecha, por otro lado, por el estocaje y, por otro, por el anuncio de precios.

En ese sentido, cumpliendo con las propias normas que creamos en Castilla-La Mancha, como es la Ley de Cadena Alimentaria, nos obliga a realizar el seguimiento y control de los mecanismos existentes para que se haga de forma ordenada, transparente y responsable.

Y aquí, la propia Consejería tiene mecanismos de control con la realización de inspecciones, en este caso, para ver diferentes aspectos dentro de la cadena alimentaria.

En ese sentido, di orden a la Dirección General de Producción Agroalimentaria y Cooperativas de que incrementase también el número de inspecciones que se venían realizando hasta la fecha que, en su conjunto, estaban en torno a mil en este último año, con el resultado de 69 expedientes abiertos por incumplimiento.

Y he ordenado que se incrementen, no con el objetivo de buscar culpables, de buscar personas que no estén cumpliendo con esa normativa, sino por intentar también trasladar la preocupación que como Administración tenemos, en el sentido de que se tienen que cumplir las normas que nosotros mismos nos ponemos.

En estos días se empezarán a realizar las visitas con el objetivo de contar con esos controles, pero creo que también debemos de entender que hay otras posibilidades para ponerlo en conocimiento de la Administración, por cualquier parte del sector productivo e incluso del elaborador. Con comunicaciones de esos incumplimientos, tanto a la propia Consejería como a la AICA (Agencia de Información y Control Alimentarios), que incluso pueden ser anónimas, se puede poner en conocimiento situaciones que se van a investigar a conciencia.

Quiero decir con todo esto que todos somos parte implicada, todos tenemos responsabilidad y todos tenemos la obligación de colaborar en el cumplimiento de las mejores condiciones de todo el sector productivo y elaborador industrial.

AGO. ¿Qué política va a seguir su Consejería en reestructuración y reconversión de viñedo?

JML. En esta línea de ayudas se atienden las inquietudes del sector productor y de las organizaciones agraria.

Tenemos que entender que para poder apoyar económicamente una reestructuración de viñedo o una reconversión varietal, se tienen que cumplir una serie de compromisos, porque al final se persiguen unos objetivos dentro de esas normas para poder acceder a las ayudas.

En ese sentido, se va a seguir trabajando como hasta ahora. En estos últimos cinco años quiero recordar que han sido casi 150 millones de euros los que se han invertido en reestructuración en Castilla-La Mancha, un apoyo importantísimo al sector, para intentar mejorar tanto variedades como sistemas de producción, a la hora de buscar la mejor comercialización posible.

También se va a disponer de recursos económicos de forma importante del total del paquete nacional para Castilla-La Mancha, en los que se van a seguir aportando proyectos de reestructuración en nuestro territorio para, de alguna manera, seguir avanzando en la mejora de variedades y de condiciones de producción buscando el mejor objetivo de rentabilidad económica en las parcelas de viñedo que se acojan a esos programas de reestructuración.

AGO. Siguiendo en el sector del vino, ¿Cuál es la situación actual de la DO Valdepeñas?

JML. La situación en la Denominación de Origen Valdepeñas es que la Consejería es el órgano gestor después de la problemática que hace un par de años se generó y, por tanto, tiene operatividad, aunque luego la funcionalidad sea muy muy pequeña y muy lenta.

Como Consejería, tenemos el compromiso de intentar empezar a dar pasos al acabar esta vendimia, para restaurar la normalidad de funcionamiento lo antes lo antes posible.

En ese sentido, empezaremos a tener conversaciones con todo el sector, para ver si realmente quieren que funcione y apoyar en la medida de lo posible con nuestra intermediación.

AGO. En el ámbito ganadero hay preocupación por la incidencia de varias enfermedades: viruela ovina y caprina; lengua azul y por la enfermedad hemorrágica epizoótica, ¿Cuál es la situación de cada una de ellas y cómo espera que evolucionen?

JML. Respecto a la viruela ovina, estamos tranquilos porque se ha manejado adecuadamente y el resultado es que ya no tenemos presente una enfermedad preocupante, que ha supuesto perjuicio para todos los ganaderos.

En este sentido, pidiendo lógicamente disculpas a los ganaderos afectados, dentro de la normalidad estamos vigilantes, muy atentos a lo que pudiese ocurrir, pero ya la damos por pasada.

Ahora hay que analizar lo ocurrido y ver qué es lo que podemos seguir haciendo.

Por otro lado, la enfermedad hemorrágica epizoótica es una enfermedad que no conocíamos en España hasta septiembre del año pasado, cuando se detectó un primer foco en Andalucía.

Por sus peculiaridades, la dispersión de un vector, en este caso, de un insecto volador, entraña una dificultad añadida a la hora de poder controlarlo. En este sentido, la preocupación es muy grande y muy traumática, tras los primeros focos, que aparecieron en la comarca de Almadén.

Las prescripciones técnicas nos decían que el desarrollo de la enfermedad provocaría una morbilidad aproximada del 10 por ciento en la cabaña ganadera afectada, aunque la enfermedad la padecerían la práctica totalidad de los animales. Y, por otro lado, una mortalidad de un 1 por ciento.

La realidad es que la evolución de la enfermedad está siguiendo los caminos, que son que en 15-20 días los síntomas más delicados empiezan a desaparecer y además los animales adquieren una inmunidad de rebaño con lo que, en teoría, ya no va a tener mayor incidencia o una incidencia tan importante como ésta en los próximos años o en los próximos ciclos de regeneración de este virus.

«Es un virus que no se conocía y no hay vacunas como sí que ocurre con la lengua azul»

Es un virus que no se conocía, pues no hay vacunas como sí que ocurre con la lengua azul, por ejemplo. No hay vacunas y, por lo tanto, no se puede aplicar un proceso de vacunación.

Lo que hemos hecho ha sido acompañar a los ganaderos. Yo personalmente he visitado zonas afectadas de la comarca de Almadén, concretamente, en Agudo (Ciudad Real) y, hoy en día, de alguna manera, hay mayor tranquilidad que en el momento en el que apareció la enfermedad.

La única solución que había era la aplicación de antiinflamatorios a los animales porque se les inflamaban las mucosas, algo que impedía que se alimentasen y bebiesen.

En cualquier caso, seguimos estando vigilantes y hay que incidir en los procesos de desinsectación a animales y a vehículos de transporte.

Es una enfermedad que no ha afectado para nada al consumo, puesto que está permitida la total movilidad de animales para sacrificio, aunque sí tiene ciertas limitaciones en cuanto al destino de animales en vida.

Sobre la lengua azul, es una enfermedad que, en este caso, se conocía, y los ganaderos tienen la posibilidad, a través de sus Asociaciones de Defensa Sanitaria, de vacunar como medida de prevención.

De momento, han aparecido algunos focos y se ha declarado la obligación de vacunar en esas zonas afectadas.

Es una enfermedad conocida, que está instalada y que seguramente no sea la única vez en la que tengamos que convivir con ella, pero que de alguna manera, sí que está regulado el procedimiento.

Sabemos la solución, hay vacunas y habrá que trabajar con esa línea también de prevención en la dispersión.

El cambio climático nos está jugando las pasadas de conocer muchas cosas nuevas que no conocíamos anteriormente.

Esto va a jugar en la línea de que van a aparecer constantemente nuevas situaciones novedosas y tenemos que buscar la protección de las explotaciones.

AGO. El cambio climático está marcando numerosas cosechas, actuaciones, cultivos, ¿Cómo cree que está afectando en Castilla-La Mancha y cómo se puede combatir?

JML. Es difícil. Yo siempre incido en que la profesión de la agricultura se desarrolla a la intemperie, por lo que le afecta absolutamente todo: lluvia, sequía, heladas, exceso de calor, pedrisco… Y realmente está muy limitado poder hacer algo.

Conozco explotaciones que cuentan con sistemas antigranizo, sistemas antilluvia, pero suponen inversiones de 30.000 o 40.000 euros por hectárea, lo que hace imposible su uso generalizado, siendo impensable para cultivos como el cereal o los leñosos, porque la rentabilidad no lo permite.

Por tanto, podemos hacer poco ante la diversidad de adversidades climáticas actuales, que cada año estamos viendo que tienen mayor incidencia.

«Cada vez hay mayor afección en el aspecto meteorológico en las explotaciones»

Cada vez hay mayor afección en el aspecto meteorológico en las explotaciones, tanto agrícolas como ganaderas y, al final, si no hay cultivos, no hay pasto, no hay paja y supone una mayor dificultad.

Nosotros lo que podemos hacer es apoyar al primer eslabón, que es el agricultor y el ganadero, con la posibilidad de que puedan garantizar la viabilidad con esas coberturas que puede ofrecer el seguro agrario.

En ese sentido, el Gobierno regional, para esta próxima campaña, va a ampliar la partida económica existente.

Además, intentaremos también trabajar con Agroseguro para, de alguna manera, acomodar las normas de aseguramiento, las condiciones y las coberturas motivadas por estas nuevas circunstancias.

AGO. Ligado al cambio climático viene la sequía, ¿Qué medidas contemplan?

JML. La sensibilidad,  tanto del Gobierno regional como del nacional, ha sido clara y manifiesta. En ese sentido, el Gobierno de Castilla-La Mancha puso encima de la mesa un paquete de ayudas de más de 40 millones de euros para ayudas a la sequía.

Esas ayudas se pudieron pedir en la solicitud de la PAC de este año, y al principio del año 2024 se percibirán. Eso suponía 100 euros por hectárea y una ayuda modulada de hasta 4.000 euros por explotación, para los agricultores que cumplen los requisitos para poder acceder a esas ayudas.

Se trata de un apoyo adicional a las ayudas directas que desde el Gobierno de la Nación implementaron, y que se suman, además, a las que se establecieron no solo por la sequía, sino también por las repercusiones de la guerra de Ucrania, con el encarecimiento de los costes de producción (ayudas a energía, deducciones por compra de fertilizantes, etcétera).

Al final, son hasta 4.000 millones de euros de apoyo los que se han ofrecido al sector.

De aquí en adelante yo creo que la evidencia es la anterior, el compromiso es patente y siempre que sea necesario y se disponga de medios suficientes se apoyará al sector cuando tenga dificultades en el desarrollo de su actividad.

AGO. ¿Cómo ha salido parada Castilla-La Mancha de esta última reforma de la PAC y que aspectos son mejorables de cara al futuro?

JML. Indudablemente, ha sido una muy buena reforma, una muy buena PAC, la que se ha conseguido para Castilla-La Mancha, puesto que incluso incrementa la posibilidad de ayudas a nuestra región en su conjunto.

Habrá diversidad de opiniones, por supuesto, pero la realidad es esa y que se ponen herramientas para poder acceder a ayudas, incluso, que tampoco existían anteriormente. ¿Qué todo ello lleva una serie de compromisos? Pues sí. ¿Qué son cada vez un poco más difíciles de cumplir? Pues sí.

Por mi experiencia, desde hace más de treinta años no he conocido nunca la aplicación de un nuevo periodo de la PAC en el que no nos hayamos puesto los pelos de punta por las dificultades que nos suponía.

«La PAC siempre tiene un arranque complicado»

La realidad pone de manifiesto que siempre tiene un arranque complicado, difícil. El inicio de cualquier aplicación normativa puede resultar complejo, más en una tan diversa, tan amplia, tan basta, tan extensa como la Política Agraria Común, con peculiaridades de zonas productivas tan diferentes.

Desde Hellín hasta Molina de Aragón o hasta Talavera de la Reina son muchísimos los cultivos, la ganadería, las diferencias, los climas, las situaciones orográficas… Es tan difícil que es imposible hacer una normativa que se avenga a cumplir linealmente las necesidades de cualquier explotación.

Hemos cumplido el primer paso, que ha sido ver cómo funcionaba. Hay unas expectativas que se creía que se podían cumplir y no han sido esas, sino que han dificultado la labor, como la monitorización, por ejemplo. Un proceso administrativo que ha supuesto un número grandísimo de trámites de audiencia que hay que resolver, y corregir todos los aspectos que hemos detectado que no funcionaban adecuadamente en el sector.

Eso es lo que tenemos que hacer, entender que todos debemos intentar aportar lo mejor de nosotros para real y socialmente, sosteniblemente, cumplir con el trámite que se impone, desde la Unión Europea.

AGO. El Desarrollo Rural, el llamado segundo pilar, ¿Qué papel debe jugar en la región?

JML. Es fundamental. Estamos en una región que, si algo es, es rural. Además, con mucho orgullo de serlo y que tiene una potencialidad importantísima.

Creo que puede jugar un factor fundamental para el desarrollo de inquietudes, de emprendimientos y de posibilidad de acceso, tanto desde la mejora de regadíos; incentivación de incorporaciones y planes de mejora, buscando el relevo generacional; pero apoyando también a las personas que, sin haber tenido expectativas anteriores de agricultura, quieran empezar con la actividad agrícola o ganadera.

Y también con los propios Grupos de Desarrollo Rural. Los 29 que tenemos en la región ponen claramente de manifiesto un apoyo directo muy cercano, muy rápido en el trámite de las solicitudes de ayuda y en los pagos de las subvenciones otorgadas.

Además, debe complementar la Ley de Despoblamiento, para concebir que el desarrollo rural es un eje fundamental en el desarrollo de Castilla-La Mancha.

AGO. ¿Cómo ha evolucionado el sector primario?

JML. Seguramente, la agricultura es uno de los sectores que más ha evolucionado, en cuestiones de la propia realización de labores culturales, pero también en tecnología o condiciones laborales.

«La agricultura es uno de los sectores que más ha evolucionado»

Es un sector que está muy regulado, pero que ha sido capaz de ir adaptándose y dando pasos en la función de lo que se le ha ido pidiendo.

Antes, el que quería ser agricultor, prácticamente se le decía, ahí tienes tu bancal, cultiva. Ahora tienes que tener una serie de premisas importantes para desarrollar la actividad con garantías, porque así lo requiere el momento y, al final, somos productores de alimentos, para personas o animales, que pueden tener repercusión. Por eso hay que regular la forma de producir.

Vemos nuevas inquietudes, nuevas sinergias que seguro que tendremos que empezar a regular de alguna manera y que pueden ser alicientes importantes a la hora de desarrollo. También en nuevos sistemas de cultivos, que conjugando el desarrollo climático pueden asentarse en determinadas zonas.

AGO. Aunque la competencia en materia de agua no es de su Consejería sí lo son los regadíos, ¿Cuál va a ser la política de Castilla-La Mancha para los próximos años?

JML. El agua es un recurso escaso en el que tendremos que trabajar para su optimización. En esa medida seguiremos avanzando en el apoyo a la modernización de los regadíos de la región, que así lo demanden.

Aunque no tengamos la competencia en materia de agua en esta legislatura, desde nuestra Consejería trabajaremos, en coordinación con la Consejería de Desarrollo Sostenible, para intentar agilizar al máximo posible todos los trámites vinculados.

Tenemos que trabajar en la implementación de un plan de regadío para esta próxima legislatura. En ese sentido, prácticamente estarán orientados a la modernización de esos regadíos que ya disponen de infraestructuras y de recursos hídricos, buscando la optimización, cumpliendo la premisa de la sostenibilidad medioambiental.

AGO. Cultivos como almendra y pistacho están tomando una gran relevancia en la región, ¿Cómo ve su desarrollo?

JML. Son cultivos que, de alguna manera, están en plena expansión y evolución en nuestra región, y que surgen como alternativa también a otros cultivos.

Tenemos claro que el desarrollo del pistacho cada vez va a ser más importante en la región, porque se dan los condicionantes apropiados para ello.

«Tenemos constancia del gran interés de nuevas plantaciones de pistacho»

Tenemos constancia del gran interés de nuevas plantaciones de pistacho, incluso de la implementación de infraestructuras vinculadas al procesado de pistacho en la región.

En cuanto al almendro, es un cultivo que no es tradicional de la región y que también está sometido a las inclemencias meteorológicas. Es cuestión, con el catálogo de variedades existente y en función de las condiciones del suelo y de la climatología, escoger una variedad adecuada.

Al final, el mercado y los precios son los que marcan una línea de actuación de cara a la previsión de plantaciones.

Creo que, tanto frutos secos como olivos, son dos cultivos que van a tener un buen desarrollo en la región en los próximos años, marcado por cuestiones de comercialización y de capacidad productiva de las parcelas.

AGO. El olivar ha tomado mucha fuerza en Castilla-La Mancha, ¿Hay prevista alguna actuación específica para el olivar tradicional?

JML. Es un cultivo social que genera mucha mano de obra, pues hay que realizarla en gran parte manualmente.

Está la línea de apoyo al olivar tradicional, que se seguirá manteniendo porque los precios actuales del aceite de oliva son un espejismo, que no es bueno para el sector.

Esto puede hacer que la sociedad se lance a la utilización de otro tipo de grasas vegetales o animales, que al final nos distancien de un producto fundamental de la dieta mediterránea como es el aceite de oliva.

ENTREVISTA COMPLETA (VÍDEO)

Imagen: Miguel Muñoz

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