EFEAGRO. Las organizaciones agrarias han coincidido en que las últimas lluvias han sido “muy bien recibidas, aunque insuficientes” sobre todo para el olivar con fruto, es decir con aceituna, y se convierten en “mano de santo” porque la maduración en septiembre es muy importante para ofrecer aceite de calidad.
Las lluvias de estos días han llegado en uno de los dos momentos críticos para el olivar, en mayo la floración y en septiembre la maduración del fruto, ya que durante el verano el olivar se encuentra en “parada biológica” y en septiembre es necesaria agua para madurar hasta noviembre y fabricar aceite de calidad.
“Las lluvias que han caído esta semana en la provincia de Jaén son mano de santo para el olivar que tiene aceituna” ha indicado el gerente de ASAJA Jaén, Luis Carlos Valero, ya que en una situación de extrema de sequía, «el olivar que no tiene aceituna no tiene solución pero el que tiene fruto sí se va a beneficiar mucho de estas lluvias, va a conseguir hacer la maduración de forma óptima”.
Valero confía en que “sigan estas lluvias que junto a la bajada de las temperaturas hacen que el olivo deje de sufrir.”
En la misma línea, el secretario de UPA Jaén, Cristóbal Cano, ha señalado que las lluvias han sido “bien recibidas y deseadas, aunque esperábamos más” en líneas generales afortunadamente no han hecho daño de consideración en cultivos sino todo ha sido un beneficio.
“Esperando que sea el primer episodio que contribuya a revertir el periodo de sequía, que entremos en este otoño meteorológico con este buen pie con el que hemos entrado, con estas precipitaciones que esperemos que se sucedan, más abundantes, sin hacer daños significativos en ningún cultivo.”
Por su parte el secretario de COAG Jaén, Juan Luis Ávila, ha asegurado que las lluvias que han caído sobre la provincia de Jaén han sido en general muy beneficiosas, “ni mucho menos para revertir la sequía que tenemos de forma estructural, pero vienen en un momento temprano, a principio de septiembre”, ha dicho.
En unas zonas han caído entre 50 ó 60 litros, mientras que, en otros sitios, con tormentas de 15 ó 20 litros, “supone un cambio importante, nos quitamos unos días de calor, y en algo se humedece la tierra que nos permite seguir con un horizonte más positivo”, ha concluido Ávila.
