Vicente Marqueta, técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara, ha realizado su periódico análisis del mercado de los cereales, destacando la tendencia a la baja de trigo, cebada y maíz.
Señala que a cinco meses de cosecha y cuatro de mercado, la agonía para esta campaña se hace eterna en España. El comercio de cereales parece no tocar fondo en cuanto a precios. Es cierto que veníamos de muy arriba, pero los descensos se han ido prolongando semana tras semana sin esperanza de rebote o de estabilidad al menos.
Lo curioso del caso es que casi nada ha cambiado en el escenario internacional para justificar semejante derrumbe, casi me atrevería a decir que ha empeorado. Lo que si ha cambiado es la percepción del escenario.
¿Dónde ponemos el foco?
¿Había y hay amenazas de suministro por la guerra en el mar Negro? Sí, pero el mercado ahora responde que no.
¿Había y hay amenazas de reducción de cosechas por la sequía de Brasil o Australia o el exceso de precipitaciones en Europa Central? Sí, pero el mercado ahora responde que no.
¿Había y hay inflación y los tipos de interés siguen altos y dificultan los pagos? Sí, pero el mercado ahora responde que no.
¿El índice dólar encarece las importaciones respecto al pasado? Sí, pero el mercado ahora responde que no.
¿Qué está pasando?
Los fondos de inversión dejaron de especular con todo lo anterior desinvirtiendo en la compra de contratos. Nadie sabe si esto cambiará, pero el superciclo de materias primas por muchos anunciado perece haberse quedado en agua de borrajas analizando su desarrollo.
Los norteamericanos redactan mensualmente su todopoderoso reporte de oferta y demanda y ponen y quitan a su antojo millones de toneladas en el mercado sin miedo a equivocarse. Al fin y al cabo, como el informe es mensual y dinámico pues no pasa nada. En el próximo de febrero dirán otra cosa y todos tan contentos.
Los costes de los fletes y la eficiencia en la logística han resultado sumamente beneficiosos para los importadores.
La demanda se ha contraído (China) y la oferta se ha multiplicado (Rusia y Ucrania, y eso que siguen a tiros y se iban a reducir el número de hectáreas sembradas). Para el año que viene ya anuncian a bombo y platillo cosecha récord de nuevo.
Todo esto, sin hablar del conflicto del mar Rojo, franja de Gaza, etc.
¿Alguien sabe realmente los stocks mundiales de cada país o región? ¿Alguien sabe realmente el comportamiento a futuro de la demanda? ¿Se ajusta la oferta a la demanda o la demanda a la oferta?
En todo caso, queda una parte del juego decisiva por definir, las cosechas de trigo del hemisferio Norte. Sobre el maíz ya sabemos que sobra y eso que el 75% del maíz brasileño está por cosechar después de la soja. Es magnífico que Argentina tenga este año cosecha récord, pero es una tercera parte de lo que produce Brasil. Es magnífico que USA tenga maíz para dar y tomar.
En resumen, el precio siempre tiene en cuenta todos los factores que nadie podría correlacionar. Ni tan siquiera la muy de moda IA. Los precios cambian segundo a segundo y son el reflejo de todo cuando pasa y no conocemos ni al detalle ni en profundidad.
En cuanto a los precios, el maíz en el puerto queriendo romper la barrera de los 200 euros; el trigo en el puerto olvidando los 220 y a la baja y la cebada en el puerto 5 euros menos respecto al trigo, cuando para competir con el maíz en destino se oferta a -10€ respecto al cereal amarillo y no se demanda salvo a semejantes descuentos.
En España, el exceso de oferta que ha salido al mercado estas semanas de mercancía nacional ha hecho el resto para consolidar bajadas.
Con los costes de producción disparados, las políticas ambientalistas europeas reduciendo subvenciones y libertades interviniendo el mercado en lo productivo, pero no vía aranceles para proteger a los productores europeos, los precios de las cosechas en picado, las producciones en entredicho… ¿De verdad alguien se sorprende de las protestas y manifestaciones del sector primario en toda Europa? Si no se rectifica a tiempo, nos devorarán los de fuera.
