EFEAGRO. La cosecha de girasol ha finalizado en Andalucía con una producción «aceptable» de 218.000 toneladas, a la espera de los resultados del resto de España en una campaña que ha vuelto a estar marcada por la escasez de agua.
El presidente de la Asociación Española del Girasol (AEG), Juan Fernández, ha explicado a Efeagro que, según sus estimaciones y las de la Política Agrícola Común (PAC), la superficie de cultivo en España apenas ha descendido el 0,2 % anual en 2024, con 744.184 hectáreas.
A falta de conocer los rendimientos finales de otras comunidades como Castilla y León y Castilla-La Mancha, donde se sigue cosechando, en Andalucía se han obtenido de media 1.200 kilos por hectárea, el 1,3 % menos que en 2023, en una extensión de unas 183.000 hectáreas, el 9,1 % menos.
Factores climáticos
«Se considera una campaña medio aceptable, sin llegar a cumplir las expectativas iniciales tras la lluvia de primavera junto con las moderadas temperaturas entre mayo y junio», ha apuntado Fernández.
Y eso que la cosecha comenzó con pesimismo tras la anterior, en la que se registraron caídas de hasta el 50 % de producción respecto a la media de los últimos cinco años.
Sin embargo, nuevamente «la falta de lluvias en inverno, sobre todo en Andalucía, y las diferentes fechas de siembra han sido factores determinantes en el rendimiento del cultivo», ha sostenido el presidente de la AEG.
Fernández ha asegurado que agosto ha sido «terrible» porque en ese momento llega la maduración fisiológica del girasol y necesita del agua en el suelo, acumulada desde el invierno.
«La cosecha ha sido irregular en rendimiento y contenido en aceite, pero aceptable para el desorden climático que padecemos», ha añadido.
Perspectivas de mercado
España consume el doble de aceite de girasol que produce, por lo que la mitad lo importa de fuera, principalmente de Rusia y Ucrania.
El presidente de la AEG ha destacado que, aunque el suministro está de momento garantizado, sus precios en España están influidos por la evolución a nivel internacional.
De hecho, la guerra en Ucrania ha hecho que la campaña prevista de 2024 en ese país «no sea positiva», con un millón de hectáreas menos cultivadas.
En las lonjas de Sevilla y Córdoba, por ejemplo, los precios comenzaron bajando respecto a la campaña anterior, pero después han remontado y actualmente están en torno a los 435 euros por tonelada en el caso del aceite de girasol alto oleico y los 410 euros por tonelada del convencional, según Fernández.
Apoyo al cultivo
Para el responsable de la asociación, en España ha habido «una dejación de funciones de las administraciones con un producto energético estratégico como el girasol».
Fernández ha advertido del riesgo de que, «en el momento en que haya un clima de guerra o una situación inesperada, se cierre el grifo» desde el exterior hacia España, que tiene «mucha superficie que podría aprovecharse».
Para eso, ha instado a mejorar el reparto de las subvenciones agrícolas para el girasol, el cual no recibe la ayuda directa de la nueva PAC, a pesar de que está incluido en los ecorregímenes para la rotación de cultivos y, al igual que las leguminosas, aporta nitrógeno al cultivo.