Ya ha comenzado la cosecha de plantas aromáticas en la provincia de Guadalajara, que poco a poco borrará el color morado intenso de los campos de lavanda de la Alcarria hasta el próximo año.
Durante todo el mes de agosto y hasta primeros de septiembre las máquinas recogerán las olorosas plantas que serán destiladas para conseguir la esencia o aceite esencial.
Este año se ha registrado un aumento significativo en la superficie declarada en la provincia, pasando de las 875 hectáreas declaradas en 2015 a las 1.040 de 2016, lo que representa un incremento del 19%. (+ 165 ha).
Guadalajara sigue a la cabeza de la región en este tipo de cultivos, seguida de cerca por Albacete, donde la superficie declarada este año ha aumentado un 61,63% y se sitúa en 453 has. Les sigue Cuenca con 257, Ciudad Real, con 122 y Toledo con tan sólo 11. En todas las provincias la superficie de aromáticas ha aumentado respecto al año anterior.
La aromática con mayor presencia en Guadalajara es el lavandín, en sus diferentes variedades, que ocupa 926 hectáreas, seguido de la lavanda con 44, la salvia (37 ha.), el espliego (30), e hinojo y romero, que apenas superan las 2 hectáreas.
Los productores aseguran que éste es un año bueno, con rendimientos por encima de la media, si bien ha faltado agua para llegar a una cosecha excelente.
En lavandín super el rendimiento se sitúa entre los 80-100 kg/ha y en la variedad grosso será entre 90-120 kg./ha. Por su parte, las lavandas están produciendo por encima de 50 kg./ha.
Los precios tienden a la estabilidad debido, entre otros factores, a que Francia -a pesar de haber incrementado el número de hectáreas- ha registrado en torno a un 30% menos de rendimiento.
La comarca de La Alcarria guadalajareña es un enclave idóneo para el cultivo de plantas aromáticas como la lavanda, por la altitud y por las temperaturas extremas que la planta necesita, tanto en invierno como en verano, por lo que en esta zona se convierte en un complemento interesante al cereal de secano.
