Año agrario 2018 ha sido “decepcionante” en términos económicos y políticos

Para Unión de Uniones de Castilla-La Mancha

Unión de Uniones de Castilla-La Mancha ha hecho una valoración negativa del año agrario que ahora se cierra. La organización considera decepcionante la situación de precios que ha atravesado el sector, con el encarecimiento de inputs importantes como el gasoil y la electricidad y la inestabilidad de los precios que se paga a agricultores y ganaderos por sus producciones. Además, estima que la política regional está estancada en los anuncios constantes, pero no de soluciones reales a los problemas del sector.

Tras las pasadas campañas, climatológicamente desfavorables, debido fundamentalmente a la sequía, el 2018 ha sido un año de mayores producciones en los principales cultivos. No obstante, los precios siguen sometidos a grandes inestabilidades. Melón y sandía han sido una clara muestra de ello; pero también los cereales, el aceite y la almendra. En cuanto a la uva, en buena parte de la cosecha movida a través de cooperativas, habrá que ver aún cómo se comercializa el vino; sin embargo, la vendida en vendimia sufrió recortes importantes y se ha vuelto a vicios del pasado como la ausencia de contratos y precios previos a las entregas que creíamos estar desterrando.

Ganadería

En ganadería, el protagonista claramente negativo ha sido el sector de ovino de leche. Pese al encandilamiento en cuanto a las cifras de venta y exportación del buque insignia del sector, el queso manchego, los precios para los ganaderos han sido ruinosos. En carne, el cordero, en estas fechas en las que debería tener su mejor momento, está por debajo de los precios de los dos años anteriores; para el porcino en general no ha sido tampoco su mejor año y tan solo el vacuno ha tenido en términos generales un comportamiento positivo, hasta mediado de años, con una tendencia a la baja desde entonces.

Agua

La política de agua para la región se ha mantenido un año más en clave de decepción. El cambio de gobierno estatal no ha supuesto ningún cambio en la política trasvasista, la promoción por parte del Gobierno regional de un pacto del agua autonómico ha tenido un escaso impacto real y sigue el incumplimiento clamoroso de la ejecución presupuestaria en materia de ayudas e inversiones en regadíos.

Las soluciones a conflictos enquistados en el sector agrario (agricultura ecológica, daños por fauna, ZEPAs esteparias) en esta legislatura no han llegado tampoco en 2018, más bien al contrario. El gobierno regional se ha movido entre la política de parcheos, como las ayudas (muy cuestionadas por su forma de concesión) a algunas áreas esteparias o las limitadísmas ayudas para poner protectores anticonejos; y directamente el engaño a los afectados, como ha sucedido con los agricultores ecológicos afectados por el recorte de ayudas, a los que se les hizo la incumplida promesa negociar una nueva línea con Bruselas para resolver la cuestión.

En definitiva, 2018 no ha sido un buen año en las grandes cuestiones, ni en cuanto a la situación económica para los agricultores y ganaderos; ni en cuanto a las decisiones políticas adoptadas.

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