Aconsejan sobre cómo tratar la enfermedad del repilo de los olivos

En el Boletín Fitosanitario de Avisos e Informaciones de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha

El Boletín Fitosanitario de Avisos e Informaciones de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha informa en su último número sobre el repilo del olivo, cuyo síntoma más característico de esta enfermedad se manifiesta en las hojas. En el haz, se aprecian unas manchas circulares, a veces concéntricas (ojo de gallo), de diámetro variable (entre pocos milímetros hasta un centímetro) y coloración variable (entre pardo y verde amarillento), adquiriendo en otoño-invierno un aspecto blanquecino o plateado. En el envés, sólo se manifiesta por la coloración oscura del nervio principal en zonas de longitud variable.

Las condiciones favorables para el desarrollo de esta enfermedad son: temperaturas suaves (óptimo en torno a 15º C), al mismo tiempo que la hoja permanece mojada durante uno o dos días por lluvia o nieblas persistentes. Por ello, las temperaturas suaves de final de invierno y principio de primavera, unidas a humedad elevada, favorecen el desarrollo de esta enfermedad que provoca la caída prematura de las hojas.

Se puede controlar esta enfermedad realizando un tratamiento a finales del invierno. Como la mayoría de los productos utilizados son preventivos es necesario mojar muy bien la masa foliar del olivo y preferentemente las zonas bajas e interiores, que es donde más frecuentemente se desarrolla la enfermedad. En caso de producirse lluvias intensas tras el tratamiento sería conveniente repetirlo.

 

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