La lucha contra la desigualdad, causa común de mujeres y hombres. Por Juan Miguel del Real, director de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha

En días como hoy, Día Internacional de la Mujer, hacemos balance de los avances conseguidos en nuestra sociedad respecto a aquellas reivindicaciones, muchas de ellas históricas, que persiguen la deseada igualdad efectiva entre el hombre y la mujer.

Podríamos decir que, en términos generales, el balance es positivo, dado que poco a poco se van produciendo logros en la normalización de determinadas relaciones sociales, que durante años habían relegado al género femenino a un segundo plano, o que hay síntomas claros de cambios culturales en nuestra sociedad, en especial en la nuevas generaciones de jóvenes, que afortunadamente ya crecen en un mundo mucho más justo e igualitario que el que han conocido otras generaciones anteriores.

Pero aunque los avances nos dar fuerza y esperanza, lo cierto es que aún queda mucho trabajo por hacer y, por tanto, no podemos relajarnos o bajar la guardia en nuestra lucha por la igualdad.

Aunando esfuerzo, ellas y ellos

Nada es fruto de la casualidad y esos pequeños, pero constantes, avances producidos en las últimas décadas han venido de la mano precisamente del propio empoderamiento logrado por las mujeres en estos últimos años. Las mujeres han salido a la calle, han reclamado con firmeza sus derechos y han alzado la voz clamando que aún queda mucho camino por recorrer, que sigue habiendo asignaturas pendientes, y que esas batallas que quedan por librar no pueden ganarse solo con las mujeres, es necesario que lo hagamos todos juntos, aunando esfuerzos hombres y mujeres.

Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, como organización que trabaja en el sector agroalimentario y que está situada en el medio rural de la región, trabaja con firmeza para visibilizar el importante papel de la mujer en este sector y favorecer que dé un paso al frente y sea la protagonista del cambio, pasando a la acción y tomando las riendas no solo de su propia explotación familiar, sino también de la cooperativa agroalimentaria de la que forma parte, pues nuestro medio rural no se puede permitir el lujo de desaprovechar su talento.

Para ello, en 2012 creamos nuestra Comisión de Igualdad, desde la que desarrollamos una intensa labor de divulgación en materia de igualdad en las cooperativas agroalimentarias de Castilla-La Mancha, mediante jornadas informativas y de sensibilización dirigidas no solo a mujeres, sino también a los hombres que hoy forman parte de los Consejos Rectores, impulsando así el necesario cambio cultural que permita lograr mayores y más rápidos avances en la deseada igualdad de género en el medio rural y, más en concreto, en el ámbito cooperativo.

La mujer, papel vital en el sector rural

Pero hablemos de datos, que son los que reflejan la realidad, nuestra realidad. En Castilla-La Mancha, del total de los 161.977 personas socias de cooperativas, el 26,3% (es decir, 42.624) son mujeres; de las 4.183 personas que forman parte de los Consejos Rectores de cooperativas, solo el 8,2% (es decir, 341) son mujeres; y del número total de personas trabajadoras en las cooperativas, 4.622, el 33,3% (es decir, 1.540) son mujeres.

Si comparamos estos datos con los de hace 10 años, podemos decir que la evolución ha sido enorme, pero aún es insuficiente. No podemos sentirnos satisfechos de estos datos aún, tenemos que seguir trabajando; la semilla ya la hemos plantado, y está dando sus frutos, pero de una manera aun muy lenta.

Y es que la mujer ha tenido siempre un papel fundamental en el sector agrario y en el medio rural. Por desgracia, en muchos casos su labor ha pasado desapercibida, pero no podríamos imaginar un hogar, una familia, una explotación, sin la fuerte presencia de la mujer; su trabajo callado es el que ha permitido que la familia y la sociedad pudieran seguir rodando con sus engranajes bien encajados. Reconociendo ese mérito silencioso, ahora toca cambiar el paradigma y nuestro compromiso debe centrarse en lograr una efectiva corresponsabilidad con los hombres que permita a la mujer poder salir a trabajar, a emprender, a desarrollarse profesionalmente cuando realmente lo desee, y no cuando la sociedad o su familia le dejen.

Que nos quede claro a toda la sociedad, que necesitamos a mujeres y hombres para seguir trabajando en atajar la desigualdad, en aprovechar el talento, venga de donde venga, y para que nuestras hijas se encuentren un mundo realmente igualitario, con las mismas oportunidades para ellas que para ellos, en el que ya no haya que hablar de porcentajes entre hombres y mujeres, sino de personas capaces, con talento e inteligencia.

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