Riego con aguas depuradas se regulará en nuevo Reglamento europeo

La Comisión Europea cita a España como uno de los países con un más alto potencial de reutilización de aguas depuradas

Unión de Uniones informa que el Consejo Europeo ha consensuado una posición acerca de cómo negociará con el Parlamento y la Comisión Europeo el futuro reglamento que establecería las condiciones para la utilización del agua depurada en los riegos agrícolas. El Consejo estaría a favor de conceder un muy amplio margen a los Estados miembros en cuanto al grado de utilización de estas aguas; pero en todo caso habrían de cumplirse unos requisitos mínimos de calidad marcados a nivel europeo.

Desde que en mayo de 2018 la Comisión Europea presentara su propuesta de reglamento para el uso de las aguas residuales en el riego agrícola, el proyecto ha pasado ya por el Comité Económico y Social, el Comité de las Regiones y el Parlamento Europeo.

Ahora le tocaba al Consejo definir su posición al respecto de cara a las negociaciones del trílogo (Consejo, Comisión y Parlamento) que desembocarán en el texto definitivo y lo ha hecho sobre la base de un texto transaccional elaborado por la Presidencia del Consejo, cuyos ejes básicos son los siguientes:

Dada la gran diversidad de las condiciones geográficas y climáticas existentes en los Estados miembros, el Consejo opta por dejar un margen de flexibilidad a los Estados miembros a la hora de decidir si desean utilizar o no este tipo de recursos hídricos para el riego. Los Estados miembros que no tienen intención de implantar la reutilización del agua pueden decidir por sí mismos si consideran o no oportuno empezar a hacerlo y en qué momento. En función de dicha decisión, estos Estados miembros pueden no aplicar la obligación de establecer el marco administrativo necesario para posibilitar la reutilización del agua. Deben comunicar esta decisión a la Comisión y hacerla pública.

El Consejo apoya la propuesta de la Comisión en cuanto al establecimiento de uno requisitos estrictos en lo que respecta a la calidad del agua regenerada y a la supervisión de esa calidad, a fin de garantizar la protección del medio ambiente y de la salud humana y animal. Estos requisitos, además, podrán ser revisados.

La reutilización del agua se permite únicamente previa obtención de una licencia o autorización concedida por las autoridades competentes de los Estados miembros, que necesitará de la presentación de un plan de gestión de los riesgos que conlleva su uso. El sistema de autorización establece obligaciones armonizadas a nivel europeo, pero con margen para que los Estados miembros fijen sus procedimientos.

Mucho por hacer

En su memoria justificativa para la propuesta de reglamento, la Comisión citaba a España como uno de los países con un más alto potencial de reutilización de aguas depuradas. Los datos del informe de impacto cifran la tasa de recuperación de aguas residuales en el país para regadío en alrededor de un 12% de las aguas residuales generadas y se piensa que con las inversiones adecuadas podría llegar a cubrir un 20 de la demanda de regadío.

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