Desde la empresa Agrocereval Instalaciones Agrarias, de Valdepeñas (Ciudad Real) han abordado en sus redes sociales los tratamientos del olivar en estas fechas otoñales. Indican que se trata de un tema complicado donde los haya, ya que el técnico asesor debe tener en cuenta numerosos factores, tales como la edad de la planta, carga de fruto, estado sanitario y nutricional del árbol, ubicación, suelo, pluviometría anual, humedad relativa, momento de aplicación, plazos de seguridad, costes del producto y de la aplicación, rendimiento de la operación, etc.
Primer objetivo: Fitosanitario
El tratamiento de otoño se planteó desde hace mucho tiempo para aportar cobre al árbol. Nuestros abuelos (y así se constata en bibliografía especializada en olivicultura) cuentan que este tratamiento se hacía con cobre azul extraído de piedra, elaborando el denominado caldo bordelés casero y que con ayuda de un carro, una bombona y una mula «pintaban de azul» las copas de las olivas. Realmente eran tratamientos eficaces, consiguiendo la prevención de enfermedades como el repilo, antracnosis, emplomado, bacteriosis, etc. Posteriormente, fruto de la investigación y del desarrollo agrícola, han llegado al mercado productos más específicos y más eficaces a la hora de prevenir y controlar determinadas enfermedades en el olivar. Por otro lado, se ha comprobado que el cobre (entre otros factores) presenta cierto efecto endurecedor en la abscisión de la aceituna, por lo que en años de poca cosecha podría ayudar a ralentizar la caída natural de los frutos al suelo.
Segundo objetivo: Nutricional
En otoño existe un movimiento de nutrientes similar al de primavera. Si se aportan nutrientes a nivel foliar en olivos cargados de aceituna, el árbol llegará con más reservas al momento de su recolección y se encontrará en mejores condiciones para la siguiente campaña. En olivos con poca carga, se podrían aportar aquellos elementos más deficitarios y aquellos que ayuden a aumentar la resistencia del árbol al frío y al ataque de hongos.
Es el caso del potasio (K2O), que desempeña una función básica en la síntesis de hidratos de carbono y grasas (aumenta el rendimiento graso de la aceituna), en la regulación del agua en la planta (apertura y cierre de estomas), en la fotosíntesis, en la resistencia al estrés, en el aumento de tamaño y calidad de los frutos. Además, se ha constado que niveles bajos de potasio hacen que los árboles sean más sensibles al frío, a la sequía y a las enfermedades fúngicas.
