¿Qué pretende la nueva Ley del Vino de Castilla-La Mancha?

Se encuentra en fase de consulta pública, hasta el 28 de febrero de 2020

La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha ha abierto el plazo de consulta pública para la elaboración del anteproyecto de la Ley del Vino de Castilla-La Mancha, cuyas aportaciones se pueden presentar hasta el próximo 28 de febrero, a través del portal web de la Junta de Comunidades. Así, los ciudadanos y las entidades que así lo consideren pueden hacer llegar sus opiniones sobre los aspectos planteados al correo electrónico: vmr@jccm.es.

El precedente legislativo autonómicos es la Ley 8/2003, de 20 de marzo, de la viña y el vino de Castilla-La Mancha, derogada en la actualidad.

La futura Ley tiene como objetivos reforzar el papel de los principales actores que componen el sector: viticultor, industria y consumidor, así como la integración e interacción de los mismos en la cadena alimentaria.

Objetivos de la futura Ley

El documento recoge que los objetivos básicos que han de regir las actuaciones públicas de las administraciones de Castilla-La Mancha en materia de viña y vino, serán:

-Trazabilidad integral de la uva al vino y al resto de productos del sector.

-Optimización de los rendimientos, encaminado a mejorar la calidad de las producciones.

-Adaptación y actualización del régimen sancionador.

-Regulación específica en materia de calidad agroalimentaria para el sector vitivinícola, con fomento de las figuras de calidad.

-Regulación regional de marcas colectivas y marcas de garantía.

-Actualización de las menciones específicas de calidad en vinos.

-Integrar en una norma la regulación regional específica de la viña, los productos vitivinícolas y las bebidas espirituosas elaboradas a partir de productos vitivinícolas.

-Oportunidad y viabilidad de una postura coordinada y unificada de todos los actores de la cadena alimentaria del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha.

-Fomentar y consolidar la vitivinicultura como eje vertebrador del mundo rural en su lucha contra la despoblación, mejorando la situación del viticultor en la cadena alimentaria, así como su capacidad de negociación, implicación y responsabilidad en la toma de decisiones y en la interlocución con el resto de eslabones.

-Integración y alcance de compromisos medioambientales, la lucha contra el cambio climático, la bioeconomía y la economía circular, que deben convertirse en ejes de referencia de un sector vitivinícola castellano-manchego implicado en su responsabilidad ambiental y en convertir este reto en una oportunidad.

-Estrategias para la profesionalización, empoderamiento de las mujeres, relevo generacional y la sostenibilidad del sector.

-Promover el enoturismo, como actividades básicas en la economía rural.

-Fomentar que los integrantes del sector puedan, de forma colectiva, tomar decisiones que implementen medidas que beneficien al mismo.

-Promoción vitivinícola.

-Promover y fomentar la innovación en el sector vitivinícola.

En este marco, Castilla-La Mancha necesita dotarse de una norma ambiciosa, en forma de Ley, que regule, ampare, propicie y potencie las vías de actuación toda vez que el sector no dispone de una norma con rango de ley para regular y actualizar aquellos sectores afectados que permitan poner al sector vitivinícola castellano-manchego como referente en la creación de riqueza en la región y, por tanto, en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, recoge el anteproyecto.

Además, Castilla-La Mancha cuenta con un Plan Estratégico para el Sector Vitivinícola elaborado en 2019 que incluye dentro de sus recomendaciones transversales, la de elaborar una Ley de la Viña y el Vino en Castilla-La Mancha moderna, efectiva y adecuada a los cambios sucedidos, y que están por llegar para anticiparse y hacer más eficiente la actuación pública con base participativa y de colaboración entre Administración y agentes sociales y económicos.

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