El carnaval nos ayuda a disfrazar la realidad y mofarnos de ella, a jugar a lo que no somos o a ejercer de lo que quisiéramos ser, mientras el coronavirus nos devuelve a la realidad del polvo eres, y pone en jaque toda nuestra creencia de dominio del mundo.
En plena negociación de la PAC, estamos tirando de la cuerda buscando el último euro, pero todavía seguimos buscando el sujeto del predicado, es decir, quién es agricultor, o si hay que diferenciar agricultor de perceptor de ayuda. Al perceptor de ayuda le podemos poner condicionantes para el acceso a las mismas, pero si fuese una retribución por beneficios socioambientales, ¿Dónde ponemos el mojón?
Nos autoimponemos la normativa más restrictiva del planeta para producir alimentos, para justificar ante la sociedad las ayudas o retribuciones o compensaciones que recibimos, pero esa sociedad compra por precio, alimentos que llegan de otros países, sin los mismos ni parecidos estándares de calidad, pero que compiten en los mismos lineales que los nuestros.
Este anormal tiempo primaveral nos debería obligar a investigar cómo adaptarnos a las consecuencias del cambio climático, y no esperar a que escampe el nublo, solo imponiendo normas para frenar su evolución.
A la espera de cualquier otro arancel arbitrario, a partir de ahora será indispensable incluir en los contratos la indicación expresa de que el precio pactado, cubre los costes de producción. ¿Pero alguien va a poner un listado de costes de producción de referencia? ¡Estoy deseando verlo! ¿O es una cláusula a poner en el contrato que nos obligará a callarnos para siempre, porque he firmado que estoy de acuerdo aceptando que la borrica es buena?
Me quedo con esta imagen de un sector fuerte, competitivo, moderno, innovador, exportador, orientado a mercado, generador de riqueza, vertebrador del territorio y conservador del medio rural, que se ha tecnificado y ha aprendido a producir más con menos, a través de la incorporación de innovación tecnológica para poder alimentar a una población en constante crecimiento, con alimentos suficientes, sanos y seguros, a pesar de máscaras y mascarillas.
Alberto Marcilla López
Director Banca Rural Globalcaja
Si estamos con la igualdad de las mujeres, porque una mujer manchega, cuando va al notario, por actos jurídicos documentados le cobran mas que a una vasca por hacer lo mismo. esta es la desigualdad de España y lo demás son cuentos, lo de la Constitución que todos somos iguales es una mentira y por ahí hay que empezar, pero no veo a nadie que se meta con esto. Ni tampoco que en España los impuestos tienen impuestos, y si no ver la factura de la luz, puedo seguir. Saludos Antonio