Siete comunidades de regantes del Alto Guadiana se unen

Rus-Valdelobos, Campo de Montiel, Sierra de Altomira, Lillo-Quintanar, Campo de Calatrava, Consuegra-Villacañas y Mancha Occidental I

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Las seis Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS) del Alto Guadiana integradas en la Federación Regional de Regantes de Castilla-la Mancha (FERECAM), además de la CUAS Mancha Occidental I, han unificado sus voces para tener mayor fortaleza como colectivo ante los retos que tienen por delante como actores principales del uso del agua para el regadío y frente a las importantes restricciones que vienen arrastrando y sobre las nuevas y aún mayores que plantea la Confederación Hidrográfica del Guadiana en los próximos planes de extracciones.

“A todos nosotros nos unen más cosas de las que nos separan. Buscamos preservar el medio ambiente en el que vivimos, por el que vivimos y del que vivimos, donde dentro de éste, forma parte el agua de la que beben nuestros animales y con la que regamos los campos que producen los alimentos de los que la sociedad se nutre. Somos agricultores y ganaderos, no depredadores del bien que defendemos”, señalan en una sola voz los representantes de las masas de aguas subterráneas Campo de Calatrava, Campo de Montiel, Consuegra-Villacañas, Lillo-Quintanar, Mancha Occidental I, Rus-Valdelobos y Sierra de Altomira.

Como colectivo, lamentan que las escasas dotaciones a las que han sido sometidos en los últimos años estén poniendo en serio riesgo la subsistencia de muchas explotaciones de sus territorios de influencia, con unos planes de extracciones que se presentan en los próximos días con importantes restricciones para la próxima campaña y que sitúan al campo en una “complicada situación” de la que las administraciones son conocedoras. “El regadío en nuestra región es fundamental, máxime atendiendo a los prolongados periodos de sequía que estamos sufriendo”, indican los presidentes.

En este sentido, estas CUAS del Alto Guadiana advierten de que unas restricciones tan exigentes en las dotaciones de agua para regar como las que se van a proponer, siendo además las más bajas de toda España, no sólo sitúa en una delicada situación a miles de agricultores y ganaderos de la región, sino a todos los sectores que dependen del sector agroalimentario en Castilla-La Mancha, además de poner en riesgo el futuro del mundo rural y de los pueblos de la llamada España vaciada “Sin agua no hay vida en nuestros pueblos”.

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